Las mariposas y los mandatos
Esto paso hace mas de veinte años, en una fiesta familiar, de esas tan lindas en las que no faltaba nadie. Aquellas comidas que duraban horas, con sobremesas eternas, cuando siempre había un tema de conversación. Y ahí estaba, entre todos, mi tío Israel, buscando con la mirada, fijando su objetivo. Mi tío Israel, que siempre quería saber. Siempre. Cuando mi hermana, yo o cualquiera de mis primos veíamos que se nos acercaba, sabíamos que venía por uno de nosotros, para preguntar, indagar, hurgar sobre algún tema que le preocupaba. Esta vez le tocó a mi hermana. Habían pasado pocos meses desde que Grachu había decidió juntar sus cosas y dejar la casa de mis viejos. A mi tío el tema lo tenía preocupado. Le preocupaba la soledad de mi hermana. Así que fue directo: _ Decime Golde _así la llamaba él, una especie de traducción de Graciela al idish_ ¿Cómo te sentís viviendo sola? Las balas pasaban cerca pero mi hermana supo esquivarlas. _ Bien tío, me encanta vivir sola. M...