El cuerpo
Estas parada frente a un espejo y mirás tu cuerpo. Te pones de frente, te pones de perfil, tratas de esconder la panza durante un rato, hasta que la respiración contenida explota en una exhalación en tu boca, y tu panza vuelve a liberarse de la opresión. No te gusta tu cuerpo. No te gusta mirarte. Antes sí, cuando tu piel era elástica, cuando tus senos se erguían pequeños y firmes, cuando tus piernas eran sólidas, atléticas. Antes. Cuándo fue antes? Cuándo pasó eso? Cuándo fue que verdaderamente amaste ese cuerpo? Cuándo...? Algún retazo de recuerdo, una vieja sensación. No alcanza. No te hagas trampa, esto es en serio. No se trata de un instante, sino de un tiempo real. Es que, si lo pensas un poco, es probable que tu cuerpo, ese cuerpo que ahora añoras nostálgicamente, no sea realmente tu propio cuerpo. Quizás sea el cuerpo de alguna modelo. Sí, exactamente. Una bella modelo que vende en alguna revista la ilusión de poseer algo tan hermoso como esos jeans, aquel perfume, esos zapato