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Horacio Quiroga, el arte y las emociones

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Acaba de terminar el recreo y el curso es un barullo. Risas, cuchicheos, gritos. No me escuchan. No me quieren escuchar. - Vamos a leer un cuento. Se llama "El hijo" y es de Horacio Quiroga. Les paso el link y arranco con la lectura. Algunos me siguen, leyendo desde sus celulares. Ya aflojaron un poco aunque  el murmullo todavía sigue un rato.  Les leo entonces sobre ese padre que crió sólo a su hijo. Las palabras nos van empujando y ya estamos en Misiones. Es un lindo día de calor y casi sin querer, somos testigos del momento en que el niño se despide de su padre y sale a cazar. De pronto oímos un disparo y la naturaleza se detiene. Ni un ruido, el silencio nos envuelve, tanto dentro del cuento como en el aula. Para el momento en que el padre sale a buscar al hijo, la atención de los chicos es absoluta. Yo leo y ahora estoy segura de tener todos sus sentidos puestos en mi relato. Casi puedo sentir la tensión y la angustia que me rodea. Como me pasa siempre con este cuento, e...

"Lalola" y El amor romántico

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Terminé de ver "Lalola" por segunda vez. Sí, en la era Netflix, yo busco series viejas en Youtube. Para aclarar: "Lalola" es, básicamente,  una telenovela, con todos los clichés propios de este formato, así que para poder disfrutarla, es imprescindible que te gusten las novelas. Dicho esto, quiero comentar que esta novela particularmente tiene, como agregado, un planteo interesante en torno al género, bastante novedoso para la época.  Comienza la novela y conocemos a Lalo. Lalo es un tipo exitoso, guapo, inteligente, joven y con poder. Trabaja en una revista para hombres y es super machista. Subestima a las mujeres con las que trabaja o con las que sale, se burla de ellas y las usa para sus necesidades y propósitos. Esto, hasta que conoce a Romina, una chica bonita con la que tiene un romance de una noche y luego la olvida, no le responde los llamados y la evita. Romina, que ha dejado a su novio por Lalo, queda despechada y llenita de rencor. Así que durante una noc...

La vida, la muerte y nosotros

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Para Ana Tratamos de vivir la vida sin pensar en los finales.  Armamos proyectos, construimos historias, edificamos lazos, nos aferramos a los afectos.  En fin, transitamos por el mundo como si fuésemos dioses eternos. Pero un día llega la muerte y nos disciplina. Nos arrebata la seguridad y entonces el mundo, tal y como lo creíamos, ya no será sólido bajo nuestros pies.  La muerte es como una tormenta que pasa violenta y ciega y destruye todo. No hay justeza en su accionar. No hay reflexión, no hay un plan, ni un propósito. La muerte no distingue buenos de malos, ni reconoce valores. No podemos entenderla. Y esa seguridad que construimos se descascara, y los esqueletos de nuestras historias quedan desnudos, y nos arranca la piel  y nos deja, latiendo a la vista, la carne frágil. Y nos sentimos tan pequeños e inseguros.  Y tememos.  A la muerte le tememos, a los finales le tememos, a la soledad le tememos. Y sentimos que no hay respuestas. Entonces, buscamo...

El Peretz despierta

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Explicar qué significa el Peretz en nuestra historia es complejo. Era un club. Sí, claro. Un espacio recreativo. También. Fue todo eso y fue un lugar para la cultura y también un ámbito de militancia. Y fue más. Mucho más. Fue mucho más que eso. Fue un segundo hogar para  nuestros abuelos y para nuestros padres  y alguna vez también albergó nuestros sueños, nuestros proyectos y  nuestros ideales. Por dónde empiezo. El Peretz era un club judío progresista. En él aprendimos a estar orgullosos de ser quiénes somos y de nuestras raíces. En ese espacio empezamos a entender algunas cuestiones fundamentales acerca del significado de luchar por un mundo verdaderamente justo; aprendimos acerca de nuestra historia contra el nazismo, contra el antisemitismo y contra cualquier forma de racismo, de injusticia y de autoritarismo. El Peretz, igual que todos los clubes del ICUF, fue un gran espacio de resistencia durante la dictadura, para los judíos progresistas y para muchas otras pers...

Releyendo a Lolita

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 Relecturas Pensaba en Lolita , la novela de Nabókov, y en como algunas historias merecen ser releídas. Una vez, hace muchos años, la propuse como una de las opciones literarias en un curso de alumnos adultos. Me acuerdo del comentario de una alumna: "Profe, esa Lolita es re trola!!!" Mi alumna estaba indignada: Lolita se aprovechaba de su tutor, lo extorsionaba, usaba el sexo para obtener favores. Por entonces no me hacía ni la mitad de las preguntas que hoy me planteo, pero de todas formas había alguna idea, algún concepto flotando en el aire: _ Sin embargo fijate en un detalle _le argumenté_ fijate que la historia está contada en primera persona siempre por Humbert Humbert. Pensá entonces que todo lo que se dice sobre Lolita es desde su punto de vista. No necesariamente pasó como él lo cuenta. Él. Humbert Humbert, el padrastro de Lolita, único responsable directo después de que su madre falleciera en un oscuro accidente. Porque en verdad Lolita es literalmente arrancada de...

Osvaldo

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Hace muchos años, en una escuela muy pobre y muy destartalada, un grupo de docentes locas y soñadoras junto s sus queridos alumnos, también locos y soñadores, decidieron, inventar un libro. Manos a la obra, los chicos escribieron historias. La realidad y la fantasía se entremezclaban para contar cómo era crecer en una villa, sin dramatismo ni sensacionalismos baratos. Los juegos, el amor,  la escuela, la vida se fueron plasmando en cada página. Y entre robos a la escuela, obras mal hechas, reclamos de los papás para defender su escuela, el libro quedó terminado. Se llamó "Carcoveando". Y en esta escuela de locos y soñadores, todos se alegraron mucho cuando el libro estuvo terminado. Sin embargo, allí comenzó otro problema: quién publicaría estos cuentos, estás historias. Pero esta gente no se cansaba fácilmente. Recorrieron instituciones, golpearon puertas, buscaron ayuda. Entonces lo encontraron a él, al mejor. El hombre humilde, el más loco y el más soñador de todos los ser...

Mi viejo y el patriarcado

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"El patriarcado nos lastima a todos, tanto a hombres como a mujeres", dicen algunas voces conciliadoras. "El patriarcado lastima especialmente a las mujeres, ya que cercena sus derechos, sus posibilidades y otorga privilegios al varón", dicen otras voces más radicales. Y en medio de todo el debate, ahí estoy yo, pensando en un varón. En estos días estuve pensando mucho en mi papá. Ahora que puedo entender algunas cuestiones que antes no veía pienso en mi papá y en todo el daño que el patriarcado le hizo. Hijo de inmigrantes rusos, mi papá creció condicionado por una cantidad de mandatos y deberes de los que nunca se pudo desprender y que signaron una y otra vez cada paso de su vida. Era bastante reservado mi viejo. Le costaba hablar de él, de su historia, de sus miedos y angustias, de lo que no pudo ser, de sus sueños. Por eso quizás, cuando de vez en cuando hablaba, con mi hermana escuchábamos con atención. Supimos así de su infancia y de su juventud en un hogar hu...