Territorio: donde nombro al recuerdo


Día uno: caminar entre escombros nunca es fácil.

Ciudad deshabitada y rota.




Los esqueletos de los árboles custodian el camino.

Buscar mi infancia en una laguna de sales blancas.

Buscar mi infancia de lastimaduras que arden en el agua y de escamas de sal pegadas a la piel.

Mi niña que recorre calles entre escombros, mi niña que busca y no encuentra ¿Dónde? ¿Dónde fue mi infancia?¿Dónde estuvo?

¿Dónde el tanque enorme con sus pececitos de colores y dónde mi mamá cuidando al zeide?

Convocar a los fantasmas. 

La memoria, que se posa en mi hombro, contempla y sonríe.


Día dos: Hogar. 

Hogar, cimientos del territorio que habité y habito.

Cimientos raíces.

Tierra. La tierra para quien la necesite.

Él con diecinueve y ella con veintitres, los dos cruzando el mar con una niña en brazos.

Buscando tierra territorio hogar.

Hogar el cuadro de una casa pequeña y rosa.

Hogar una niña jugando en el campo. 

Territorio cimientos.

Mi niña la encuentra se encuentran.


De esos y de otros territorios esta hecha mi infancia. 

Mi infancia es un quincho y una mesa larga.

Una sobremesa eterna y la certeza de seguir siendo niña para siempre. 

Las voces de la memoria que convocan a nuestros fantasmas más queridos.

Mi hogar es este sol de julio sobre la vereda y un puñado de chicos jugando en la plaza. 


Mi hogar es ese territorio al que siempre estoy pensando en volver, y el que sé que siempre me está esperando. 



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