Cuentos de mamá
Las primeras narradoras fueron y son las madres... me dice una amiga, gran contadora de historias.
Los primeras relatos de nuestras vidas, los primeros cuentos.
Las historias que mamá nos cuenta tienen un caracter fundacional.
Son como leyendas que nos cuentan lo que no sabemos.
Somos niños y niñas y el mundo es nuevo...
La palabra tiene un poder performativo.
Había una vez... y el universo empieza a colorearse.
_____________________
Algunas noches mi mamá llegaba con un cuento.
Se sentaba en el borde de mi cama o a los pies de la cama de mi hermana y nos contaba una historia. La tacita azul era una, El bollito de miga de pan era la otra.
Después nos dormíamos.
Cuando era chica la noche me daba miedo. Pero cuando mi mamá llegaba con sus historias, el miedo se iba y sólo quedaban las historias.
_____________________
A la hora del almuerzo también había cuentos.
Para esos momentos las historias no salían de los libros sino de la imaginación de mi mamá.
Los pececitos que viajaban desde el mar hasta San Martín para visitarnos.
Y la historia de la hormiguita.
"Había una vez una hormiguita que viajó desde Rivera a Buenos Aires en el hombro del zeide León..." empezaba mi mamá.
Su nostalgia quedaba así enredada en el ruido de un tren en un cuento creado para que sus hijas comieran.
Un cuento en el que un pueblo que apenas conocimos y un abuelo que poco disfrutamos, quedaban unidos para siempre al recuerdo de estas historias de infancia.
___________________
Como un secreto heredado, los cuentos llegaron a mí para ser contados una y otra vez.
Juanito que no se dormía y entonces un libro y una aventura se desplegaba, para que la curiosidad ganara su lugar, para que el llanto cediera a la escucha.
"Había una vez..." y Juan expectante, pequeño y curioso, escuchaba desde la cuna.
______________________
Había una vez, y las historias inventadas, improvisadas empezaban a surgir.
Tomando prestados personajes de otros cuentos, las historias hablaban de un niño llamado Juan, que vivía con sus padres cerca del bosque y jugaba con la tortuga Manuelita, la vaca Aurora y tantos otros.
Había una vez... la historia de Rinito, el rinoceronte pequeño que un día aprendió a dejar de ser envidioso.
Había una vez... Dientito la ardilla comprende que burlarse de los otro está mal.
Había una vez... Juanito descubre que los celos no sirven para nada porque todos los amigos son especiales y únicos.
Había una vez... el conjuro mágico.
Cuentos para Juan, para que se pudiera dormir, para que Juan se bañara, para vencer los miedos.
Pasan los años y ya no hay cuentos nuevos.
Ya no hay más "Había una vez".
Pero allí están para siempre, allí quedaron la memoria de la familia.
Cada tanto un sonido, una frase, una situación nos los traen de vuelta.
Y nos sonreímos, sabedores de un conocimiento único, profundo, heredado, antiguo.
Había una vez... una mamá que sabía contar cuentos...
Me encantó!! Esos momentos quedan grabados en el alma!!
ResponderBorrar❤️❤️❤️
BorrarMi tía, la hermana de mamá, que vivió un tiempo con nosotros, era la que inventaba canciones junto a mi mamá . Ambas inventan historias fantásticas, mientras preparaban la cena,
ResponderBorrarDespertaron mi imaginación a muy temprana edad. Mamá me enseñó a leer y escribir a los 4 años, así que a los 5 ya leía los cuentos y cuánto caía para leer. Mujeresaravillosas, las contadoras de historias😍
Maravilloso recuerdo, creo que es un poder que se hereda. Abrazo!
Borrar