Entradas

Contra la violencia machista

Imagen
Desde el Observatorio “Ahora Que Sí Nos Ven” dieron conocer las cifras de femicidios en Argentina entre el 1 de enero y el 23 de noviembre de 2022.  Según informaron, hubo un femicidio cada 34 horas en lo que va del año. El 61% fue cometido por las parejas y ex parejas de las víctimas.   Nos matan. Nos matan. Porque la violencia machista existe, existe de manera concreta. Porque no es un invento de las "feminazis". Porque lo vivimos cada día. Existe, y tiene su aspecto más atroz en cada femicidio, en cada travesticidio y en cada transfemicidio.  Sí. La violencia machista existe a tal punto que la empezamos a vivenciar, a sentir, desde que comenzamos a habitar este mundo. Porque cuando la denunciamos estamos denunciando un tipo de violencia que se comete contra nosotras de manera estructural y que condiciona nuestras decisiones, nuestros cuerpos y nuestras emociones. Es una violencia cotidiana, enraizada, naturalizada. Es una violencia que se nos va metiendo en el cuerpo y en

Eternamente

Imagen
Tenía dieciséis años cuando el mundo era eterno. Tenía dieciséis años y un hambre de amor voraz, desesperado. Allá, en el fondo del aula, mi amiga y yo,   jugábamos a ser rebeldes por un rato. Mientras la clase continuaba,  sentadas sobre el respaldo de nuestras sillas,  cantábamos.  Eso hacíamos, cantábamos.  Esto no puede ser no más que una canción Quisiera fuera una declaración de amor Romántica sin reparar en formas tales Que ponga un freno a lo que siento ahora a raudales. Mi amiga cantaba bellamente y yo desentonando. Nos mirábamos y sonreíamos cómplices. Si me faltaras no voy a morirme Si he de morir quiero que sea contigo Mi soledad se siente acompañada Por eso a veces sé que necesito Tu mano Tu mano Eternamente tu mano. Desde el frente el profesor nos  clavaba una mirada severa. "Después no se quejen", nos advertía, y eso nos daba más risa. No nos quejábamos. Cuando te vi sabía que era cierto Este temor de hallarme descubierto Tú me desnudas con siete razones Me abre

Buffy la cazadora de vampiros en mi vida

Imagen
“From now on, every girl in the world who might be a Slayer, will be a Slayer. Every girl who could have the power, will have the power. Can stand up, will stand up. Slayers, every one of us. Make your choice. Are you ready to be strong?” Buffy the vampire slayer, "Chosen" Nunca escribí sobre Buffy. Publiqué tantas opiniones y tantos comentarios acerca de películas y libros que me resultaron interesantes, pero nunca escribí sobre Buffy. Y eso es inconcebible.  Temor al prejuicio, al encasillamiento, a la burla, no lo sé. Por algo aún no escribí. Hasta hoy. De hecho, supongo que este posteo va a ser uno de esos que recibe muy pocas visitas, pero no me importa. Es una deuda pendiente y ya está. Los que me conocen lo saben: amo la serie de Buffy la cazadora de vampiros. Tenía treinta años o algo así la primera vez que la vi. Un día haciendo zapping, creo que en canal 11, encontré uno de los primeros capítulos. Resultaba ser que la protagonista, una adolescente quinceañera, rubia

Soñar el miedo

Imagen
El sueño es bastante largo y de la mayor parte tengo fragmentos, imágenes sueltas.  Es de madrugada, hay mucha gente a mi alrededor y estoy con ropa de fiesta. Tengo unos zapatos  muy incómodos. Pero de pronto todo cambia y estoy caminando sola por una zona céntrica, llena de vidrieras. Los zapatos me siguen molestando. Los miro y compruebo que están rotos. Ahora me quedo completamente sola y mientras camino empiezo a lamentar todo, el silencio, mis zapatos rotos. Ya no estoy en el centro, eso es seguro. Voy por una vereda demasiado angosta haciendo malabares y me cuesta caminar con esos zapatos. Me topo con un hombre robusto, sentado en una silla en medio de mi camino. El hombre no se mueve y no puedo pasar.  Bajo a la calle pero cuando lo hago aparezco en un patio muy pequeño y oscuro. Tiene muros altos y me doy cuenta que estoy atrapada. Miro hacia arriba y sobre el muro veo al hombre robusto que me observa. Es enorme, parece un titiritero y yo una marioneta. "Me caí" le d

Perder el tiempo

Imagen
"¡Oh, pereza, apiádate de nuestra larga miseria! ¡Oh, Pereza, madre de las artes y de las nobles virtudes, sé el bálsamo de las angustias humanas!" P. Lafargue,  "El derecho a la pereza" Hay días que... ah! (suspiro). Días en los que decís "Basta, por favor". Son esos días en los que las situaciones nos sobrepasan. Situaciones que nos caen encima sin haber hecho nada para que ocurran. No cometimos errores, no nos equivocamos, no olvidamos nada.  No hicimos nada mal, pero ahí está, eso que no nos deja en paz, eso que nos produce un agujero profundo en las mismísimas entrañas.  En esos días parece que todo está en nuestra contra, porque sí, porque está vez nos tocó. En todo eso pensaba el otro día mientras corría de un lado a otro tratando de hacerle frente a trámites imposibles, despersonalizados, absurdos. Durante todos esos días me estuve dedicando a la titánica tarea de reclamar/buscar/rastrear en oficinas públicas, una serie de papeles que necesito con

Final

Imagen
Primero lo primero, si sos impresionable, o creés que hay temas de los que mejor no hablar, no leas este posteo. Si seguis leyendo, bienvenido o bienvenida a mi recuerdo.  La mayoría de las veces escribo porque necesito contar a los demás. Esta vez escribo porque necesito contarme especialmente a mí. Un 5 de noviembre se murió mi viejo.  Fue hace veintidos años. Increíble que haya pasado tanto tiempo. Por lo general, me sucede que recuerdo esa fecha algunos días antes y algunos días después. Pero por algún motivo del inconsciente, el día exacto suelo olvidarme. Hace un año me volvió a pasar lo mismo, y más tarde caí en la cuenta de que el mismo día había estado hablando y contando anécdotas de mi papá en una larga conversación con mis amigas. La mente tiene esos caminitos raros. En fin, esta vez decidí tomar el recuerdo en mis manos, sostenerlo para que no escape. Escribir. Mi papá murió hace veintidos años y fue una noche de primavera, mientras veíamos juntos  la tele. Un rato antes h

1985, apuntes de una historia

Imagen
El domingo fui a ver "1985", la película que cuenta cómo se llevó adelante aquel histórico juicio a las juntas. Supongo que no diré nada que ya no se haya dicho. Primero, lo más importante: me gustó mucho, me conmovió y me pareció atrapante. Todo eso. Sí, es cierto, faltan situaciones, hay personajes que deberían estar y no están, hay algunas inexactitudes. Y sí, es ficción. Una ficción basada en hechos reales, sí, pero ficción al fin. Y me parece que ninguna ficción le debe explicaciones a la realidad.  Toda ficción creo, en mayor o menor medida, traicionará a la historia que la inspira. Quiero decir, una historia tiene que funcionar para su autor, y quizás eso signifique tomar decisiones arbitrarias. Por otra parte ¿Qué mirada no es sesgada? ¿Quién sería capaz de completar el todo, cada ángulo, cada perspectiva, cada matiz? En fin, no recuerdo que haya otra película que cuente esta parte de la historia y me parece que es un buen comienzo. Si alguien quiere saber algo más o

Hojas de un diario dos: la imaginación

Imagen
Sigo pensando en la imaginación. Quizás es lo que nos define como personas, mucho más que la posibilidad de construir lenguaje o la capacidad de pensar. La imaginación nos construye de innumerables formas, para crecer, para construir, y también para superar obstáculos.  De chica la capacidad de imaginar fue vital para mí.  Y yo creo que lo sigue siendo. Leer, imaginar, escribir, inventar. Todo es parte de lo mismo. Un día, cuando tenía 11 años, escribí un cuento, y se lo conté a mi diario, claro.   3/5/83 Mi Paginitas: Ayer a la noche hice un cuento de mi vida y se lo di a leer a mi mamá. Te lo leo: https://drive.google.com/file/d/1oQ9A3l1TlrRZl--ovU8kDQIOQGUGBnJ4/view?usp=drivesdk Es más o menos mi vida. Hoy se lo mostré a Graciela y me dijo: - ¡Es hermoso! Me emocionó mucho. Estoy muy contenta. Hasta mañana. Y si te gustó, ya sabés, compartilo.

Imagina

Imagen
" Una vez aguijoneada,  la imaginación  es  un caballo que se desboca, y al que no sirve  tirarle de la rienda".            "El monte de las ánimas",  Gustavo Adolfo Bécquer   Juan, los juegos y la imaginación  Abrimos la puerta y un cielo pesado y gris nos recibe en la calle.  _ Mirá el cielo, algo muy malo va a pasar hoy _dice Juan, que nunca leyó el cuento de García Márquez. No sé por qué se le ocurrió eso, pero ahora presto atención y me parece que las nubes están demasiado bajas y que en cualquier momento nos van a aplastar contra el asfalto; que el aire es tan sólido que es imposible respirar sin atragantarnos; y que la luz de la mañana se siente tan tenue que todo se ve un poco fantasmal. Ahora a mí también me parece que ese cielo anticipa un desastre. Así empezamos la jornada. Y aunque ese día no sucede nada terrible ni extraordinario, al regreso de la escuela Juan tiene mucho que contar. Los retos de la maestra, la comida que no le gustó, la pelea con su am

Día de las maternidades

Imagen
 Nunca supe si mi mamá realmente añoraba ser madre o si lo hizo para cumplir con lo que todos esperaban. A la presión que la sociedad nos impone a las mujeres, en mi vieja se sumaba que al ser discapacitada tenía muchas limitaciones físicas.  Pero me consta que lo que tenía de aguerrida lo tenía de cabeza dura, y así demostró a sus amigos, a mi papá y a su suegra (especialmente a su suegra, la otra mujer con la que tuvo que competir por mi papá) que ella no era una pobre renguita y que podía con todo.  A veces costaba encontrar su ternura. Creo que nunca fue una mamá como las de las publicidades.  Pero hay gestos, pequeños, cotidianos. Con esos yo me quedo.  Cada mañana nos preparaba la ropa para ir a la escuela. La remera sobre el respaldo, le seguía el pantalón como si estuvieea sentado, al final las medias y en el piso, el calzado. Parecía como si dos personas invisibles se hubieran sentado a esperarnos.  La cama de mi mamá, rincón de encuentros, cobfesiones, confidencias. Cuando er

Lo negro, lo blanco y lo marrón

Imagen
Estoy tomando lista en quinto y escucho el cuchicheo, el rum rum que no para. Los chicos conversan, hablan fuerte indignados. La curiosidad me gana y pregunto qué pasa. Se miran, discuten, y finalmete una de las chicas toma la palabra y me cuenta. La cosa es así: Candela, una compañera, estaba mostrando unas fotos suyas y otra chica hizo un comentario: "Qué blanca saliste, porque vos sos negra". - Le dijo negra, profesora. La discriminó_ me dicen. Están indignados y ahora que me contaron quieren saber qué pienso yo. Tengo algunas ideas que me suenan en la cabeza, pero no tengo armada toda la idea. Bueno, para empezar, creo que en estos últimos tiempos empezamos a entender que no es necesario y ni siquiera interesante, hablar de los cuerpos de los otros. Eso, en principio, seguramente  nos ayudaría  a no meternos en terrenos complicados. Sin embargo, pienso, a veces necesitamos usar la descripción física, para indicar de quién estamos hablando, por ejemplo. ¿Y entonces? La sit

De maternidades y prejuicios (acerca de la detención de las siete mujeres Mapuches)

Imagen
Esto paso hace varios años. Una tarde viajaba con Juan en tren. Hacía calor y Juan, que debía tener dos o tres años, estaba especialmente inquieto. Durante todo el trayecto se estuvo parando en el asiento, gritando y saltando. A mí no me daban los brazos para sostenerlo y miraba a mi alrededor con bastante culpa porque sentía las miradas de todos los pasajeros. Pero entonces entró esta otra mamá, con un bebé en brazos y dos nenes a su lado. Se sentó justo al otro lado del pasillo. Al igual que Juan, los chicos gritaban y se paraban. Pero entonces empecé a ver a mi alrededor los gestos de reprobación, las miradas cómplices y el comentario que llegó como un susurro de uno a otro: "son unos negros villeros". Éramos dos mamás. Y nuestros hijos jugaban de manera bastante parecida. Pero Juan era rubio y los otros chicos eran morenos. Marrones, como se dice ahora. Tantas veces había sentido la incomprensión y los prejuicios de la sociedad sobre mi maternidad, pero nunca había tenido

Cuando el grito

Imagen
Cuando el grito se derrama es latigo y cuchillo. De pie, frente al grito el alma se repliega,  El pulso se acelera Y se congela el tiempo. De pie, frente al grito El cuerpo se contrae, Se eriza la piel  Y los sentidos se alertan. De pie, frente al grito,  se asfixian las palabras  Se abren inmensos los ojos y se cierra la garganta.  De pie,  frente al grito, ocurre el miedo.

Gabriela y los territorios de conquista

Imagen
Hace unas semanas empecé a releer "Gabriela clavo y canela" con los chicos de quinto año. Bellísima novela de Jorge Amado que narra la historia  de amor de Nacib y de Gabriela, un amor que surge en medio de conspiraciones, venganzas y sangre. Si hoy tuviera que definir en una frase cuál es el tema de esta novela, diría que es la historia de la conquista. El amor, la tierra, el poder, todo lo que los hombres poseen se conquista por medio de la fuerza. Empecemos. La historia comienza con un crimen brutal. Así se nos cuenta en las primeras líneas: "Esta historia de amor por curiosa coincidencia, como diría doña Arminda, comenzó el mismo día claro, de sol primaveral, en que el estanciero Jesuíno Mendonza mató a tiros de revólver a doña Sinházinha Guedes Mendonza, su esposa, exponente de la sociedad local, morena casi gorda, muy dada a las fiestas de Iglesia y al doctor Osmundo Pimentel, cirujano–dentista llegado a Ilhéus hacía pocos meses, muchacho elegante con veleidades de