Malvinas

La guerra, la respuesta más extrema y despiadada a cualquier tipo de conflicto.

La guerra, la única posibilidad cuando se trata de defender la vida ante la muerte que acecha.

La guerra, accionar ante una fuerza que amenaza con destruir el mundo que queremos. 


¿Qué es una guerra?

Difícil proponer una respuesta sin caer en lugares comunes, en clichés. Y sobre todo, sin ofender a quienes participaron en ella. Una, que ni siquiera sintió un temblor lejano, que nunca vivió la muerte tan cercana.

Así que empiezo por las preguntas.

¿Qué es una guerra? ¿Qué se defiende en una guerra? ¿Por qué se lucha? ¿Cuáles son los intereses en juego?

¿Qué es la territorialidad? ¿Qué significa que una tierra nos pertenece? ¿Y que es la pertenencia entonces? ¿A quién le pertenece la tierra? ¿Qué afectos y emociones nos unían a ese suelo antes de que estallara la guerra de Malvinas? ¿Es lo mismo luchar para defender la tierra que habitamos, nuestra casa, la de nuestra gente, que levantarse en armas en un lugar lejano y desconocido? 

¿Importa quiénes impulsan una guerra? ¿Importan los intereses de quienes impulsan la guerra? ¿Cuáles fueron los intereses de los militares dictadores que proclamaron la guerra? ¿Importa si sus intereses eran nefastos, si lo que deseaban era solo perpetuarse en el poder? ¿Importa si mientras allá lejos proclamaban la guerra aquí tan cerca secuestraban y torturaban, si llenaban cementerios y mares de cuerpos sin identificar, si robaban criaturas a sus familias, si saqueaban el país para el beneficio de sus bolsillos y los de sus patrones?

¿Qué es un héroe? ¿Y qué es una víctima? ¿Por qué es tan necesario establecer la diferencia? ¿Por qué el debate acalorado?  ¿Por qué decir víctimas es decir vergüenza y decir héroe es decir orgullo? ¿Quién lo determina? ¿Por qué los muertos y los sobrevivientes de la dictadura son víctimas pero no lo son los muertos y los sobrevivientes de una guerra? ¿Y si esa guerra fue dirigida por los mismos dictadores? ¿Y si los dictadores enviaron a luchar a pibes de dieciocho años sin experiencia? ¿Y si además los torturaron y hambrearon igual que a los secuestrados por su gobierno? ¿Y si al final de todo fueron ocultados, escondidos, silenciados? 

No puedo dejar de pensar en todo esto, en toda la estructura patriarcal que se pone en juego al momento de invadir, atacar, dominar un territorio. En el mandato de masculinidad que se propone al momento de pensar en enfrentarse a una guerra. 

Héroes, nunca víctimas. 

Como si ser sobreviviente no alcanzara. 

Como si haber estado en el horror no alcanzara.

Malvinas duele.

Siempre.


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