Cuestiones de salud

Hace dos días tuve turno con la médica clínica. Por segunda vez, me habían dado mal los números de algunos estudios y, según la doctora, no había forma de mejorarlos sin medicación. Le propuse entonces hacer todo lo posible para no llegar a eso y me advirtió que no esperara algún cambio. Pero, por suerte, el resultado fue el que yo esperaba. 

Así que le llevé los estudios a la consulta y su expresión de decepción fue notable. Me dijo que estaba bien pero que había que hacer análisis más completos.

En los últimos años no logré empatizar con ninguna médica clínica. 

Hace años, una doctora no pudo ocultar su enojo cuando la espirometría me dio bien pese a que era una gran fumadora. Después me dijo que según las radiografías, era probable que tuviera osteoporosis. Cuando confirmé con otra doctora que no era cierto no la vi más.

Otra doctora me atendió por unas molestias en el estómago y me explicó con total tranquilidad que podía ser cualquier cosa, entre ellas cáncer. Salí angustiadísima del consultorio y le rogué a mi hermana que me acompañara a hacer los estudios. Por suerte todo salió bien y tampoco volví más a ese consultorio.

Después de la cuarentena larga visité a otra doctora. Le conté que me estaba costando mucho bajar de peso, "me decías que te descontrolaste con la comida, no?". No, no decía eso.

Así vengo.

Sin embargo, y por suerte, hay profesionales de la salud que admiro y respeto profundamente. El médico de mi hijo es uno de ellos, un tipo absolutamente comprometido con la salud integral. Mi endocrinóloga, también, hace años vio el resultado de los exámenes y me sugirió empezar una terapia. Ellos y tantos otros, que hacen de la medicina una profesión increíble.

No podría valorarlos si no fueran las maravillosas personas que son, empáticas, humanas.

No se trata de tal o cual persona, aunque así lo percibimos sino en relación a la formación integral de la profesión.

Por eso quisiera hablar de la salud en términos generales. 

Lo que me gustaría pensar es en qué términos nos relacionamos con la salud. Cómo nos tratan los profesionales y las instituciones de la salud. Cuál es nuestro vínculo con ellos.

Desde ya las desigualdades frente a los sistemas de salud son enormes. No es lo mismo carecer de cobertura, tener obra social o tener prepaga. 

No es lo mismo sacar un turno por computadora que hacer una larga cola en el hospital desde las seis de la mañana para conseguir el turno de un especialista que llegará a las ocho de la mañana y nos dirá si vamos a estar bien. No es lo mismo.

Pero a la hora de estar frente a un médico algo nos pasa a todos por igual. En esos momentos se ponen en juego todos nuestros temores y nos sentimos vulnerables. Quiera o no, el poder que tiene ese profesional sobre nosotros es enorme.

La vida y la muerte, sí, pero también lo que  ocurre en nuestros cuerpos, lo que necesitamos saber para sanarlos, toda esa gran cantidad de información, todos esos conocimientos, están en sus manos.

Hay entonces cierta resignación. Nos callamos. Silenciamos los enojos. Disimulamos. Somos sumisos.

Aceptamos.

El maltrato, el abandono, el desinterés, los descuidos.

Hay una salud que no trabaja con la persona en su totalidad sino que se ocupa de curar, aliviar o resolver lo que concierne a una parte del cuerpo. Y no ver a los otros como un todo puede llevar a conclusiones fallidas. 

Vuelvo a mi historia con las doctoras.

Pienso que una se enojó porque solo veía los pulmones de una fumadora, y que la otra veía nada más que a una señora con sobrepeso y el colesterol alto.

La pregunta nuevamente: ¿Por qué no nos quejamos?

No nos quejamos, creo, porque esa persona tiene un poder enorme. Tiene, literalmente, nuestra salud en sus manos.

A esta altura cabe preguntarnos acerca del significado de los conceptos de salud y enfermedad.

¿Cómo lee la medicina todas nuestras diferencias?

¿Cómo se relaciona con la gordofobia, la gerontofobia, las discapacidades y tanto más?

Quisiera pensar un futuro en el que exista un sistema de salud único, público, científico, integral, humanitario. Un sistema de salud que  se construya sin discriminación, sin prejuicios, que nos contemple en la totalidad de lo que somos.

Personas.

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Comentarios

  1. Luego de un año en el que vi a mis dos padres pasar por el sistema de salud no dejo de estar terriblemente decepcionada y agradecida a la vez.
    Es como decís , la medicina reacciona a un síntoma que con suerte logra controlar ( con suerte, no con ciencia )

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    1. Un problema que no debería ser tal, porque la humanidad no se opone a la ciencia

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