El periodismo que fue
Los años '80 se estaban terminando cuando Página 12 empezó a circular por los quioscos de diarios.
Página fue una sorpresa y fue, en esos años, mucho más que un diario. Fue una trinchera, un espacio de reflexión, el análisis sarcástico y genial, la explosión de talentos. En Página se mezclaban noticias, literatura, historietas y todo era de una calidad exquisita.
Se me ocurren nombres como Rep, Juan Forn, Osvaldo Bayer, entre otros.
Seamos claros, para los más pequeños. No había youtube, ni redes sociales. En ese tiempo empezaban a pulular las radios barriales o alternativas pero tenían muy poco alcance. Y era todo.
Por eso cuando apareció Página fue una apertura enorme. Por fin la historia, la vida, el mundo, se podían contar desde otra perspectiva. Desde los sectores de izquierda hasta los espacios del progresismo celebramos cada edición. Allí estaba el repudio a la dictadura, allí estaban las Madres y Abuelas de plaza de Mayo, allí estaban las denuncias a los ataques neoliberales del menemismo.
Las tapas eran obras de arte, los textos de opinión eran increíbles.
Quiero decir, para que se entienda, todos sus lectores teníamos y aún tenemos algunos ejemplares guardados por tal o cual motivo. Porque Página 12 era un diario de colección, algo absurdo de pensar hoy en la era digital.
Fue por esa época que decidí estudiar periodismo. Yo quería ser como toda esa gente genial. Quería contar verdades, quería compartir pensamientos, ideas.
La mayoría de mis profes trabajaban en Página y cuando algún estudiante lograba publicar una nota allí era como empezar a jugar en Primera.
Página 12 desde la gráfica y la Rock&Pop desde la radio eran todo lo que yo admiraba.
Por eso cuando Lanata arrancó con La hora 25 en la R&P para mí fue una alegría esperada.
La hora 25 era un programa en el que Lanata conversaba con un invitado. No hablaba de política, o hablaba poco, para eso estaba el diario. Era un espacio íntimo, de encuentro.
Después, cuando se fue de Página, el diario siguió pero debo decir que nada fue igual.
Lanata siguió su caminó y fundó otros medios, algunos fueron fracasos rotundos, pero la verdad es que no lo seguí demasiado en sus incursiones gráficas.
Hasta que llegó a canal 13 y comenzó una transformación que nunca voy a entender. No está en mi poder afirmar qué motivo un cambio tan profundo. No quiero caer en agravios facilistas.
Pero fue triste. No por ese cambio ideológico sino por la pérdida de credibilidad. El periodista, escritor, intelectual, quedó desdibujado y su imagen se transformó en la de un payaso del poder. Creo que es lo peor que puede pasarle a un periodista.
Ayer falleció Lanata y algunos periodistas lo celebran mientras otros lo lloran. Qué locura todo.
Cuento todo esto porque no puedo evitar conmoverme con la muerte de este personaje que de alguna forma marcó mi camino y el de muchos otros.
Hoy ya no quiero ser periodista.
Hay periodistas que respeto y admiro y aún sigo tratando de contar, a mi manera, el pedacito de realidad que veo y habito.
Pero el periodismo para mí hoy es un universo ajeno.
Extraño a veces esa convicción con la que creía que el mundo podía explicarse en una hoja de diario.
Extraño la pasión con la que admiraba el oficio del buen periodismo.
Algo más de lo que estos tiempos violentos nos han arrebatado.
CREO QUE EL PODER DEL DINERO, HACE QUE QUIZAS OBNUBILADO,SE HAYA ANIMADO A MOSTRAR SU VERDADERA CARA,....PROBABLEMENTE NOS ENGAÑAMOS ANTES Y NO DESPUES!!!
ResponderBorrarYo no creo que nos hayamos engañado. Todo lo que hizo en esa época fue realmente muy valioso.
BorrarRespetemos su gran trabajo de pagina.Despues no se que paso por su cabeza para darse vuelta de una forma inesperada.
ResponderBorrarExacto, así fue.
BorrarMe conmovió el agradecimiento de tantos... maría o donell dijo q la hizo superarse a si misma, y no solo a ella. Son capas y fascetas de una misma persona, q sin duda el dinero y contacto con el poder, habrán modificado
ResponderBorrarSoy Graciela Ferrario. No quiero ser anónima jaja
BorrarSí Gra, la escuché a María. Interesante. Me quedó pensando dónde queda la esencia de lo que cada uno es
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