El monstruo de la educación
En el grupo de madres avisan que el jueves no hay clases. Paro distrital, dicen. Empiezo a preguntar y me entero.
Una maestra fue agredida por la madre de un alumno. Pasó en mi barrio, en San Martín y fue grave. Le pegó, la tiró al suelo y la arrastró.
En seguida los grupos de watsap empiezan a activarse. Comunicados, audios, textos reenviados.
Otra vez la indignación, la bronca.
Otra vez los docentes marchan.
Otra vez los sindicatos sacan comunicados grandilocuentes con consignas vacías: "Basta de esto o aquello".
Otra vez en los medios se debate si los docentes son buenos o malos.
Otra vez ningún funcionario sale a dar la cara.
Otra vez nadie hace nada.
Todo otra vez.
Una y otra vez.
Una y otra vez...
Una...
y otra
vez...
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Es necesario que hablemos sobre el monstruo.
Ellos hablan del monstruo enorme e improductivo.
Ellos lo acusan de todos los males.
Ellos explican que el monstruo es demasiado grande y que hay que mutilarlo.
¿Para qué tantos brazos, tantas bocas, tantos ojos?
No quieren que simpaticemos con el monstruo. Pero a veces es inevitable.
Y es que son tantas las injusticias y tantas las urgencias, que a veces sólo necesitamos, desesperadamente, tener un monstruo cerca.
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La educación pública es hoy un monstruo viejo, descomunal y vetusto. Una enorme criatura con miles y miles de ojos y de bocas, con infinitos tentáculos que aquí y allá van y vienen con movimientos lentos y torpes.
El monstruo late y respira y existe. Su quehacer es enorme, cada vez se le piden más tareas y cada vez puede menos.
Alguna vez fue temido, alguna vez fue valorado, alguna vez fue admirado.
Pero fue en otra época.
Hoy sus guardianes lo han abandonado. El monstruo infinito es incómodo de ver. Ocupa espacio, y consume demasiado, aunque se lo mantenga con lo mínimo indispensable, sigue siendo un gasto y para los guardianes eso es un problema.
Les gustaría sacrificarlo, cómo les gustaría. Pero no pueden, no por ahora.
Los guardianes saben qué lugar ocupan en la pirámide. Saben que el poder real está por encima de ellos y debajo están los otros.
Hay miles de otros, y millones de otros, esos que sostienen la pirámide. Hay que civilizarlos, hay que educarlos. No mucho, por supuesto.
Por eso los guardianes saben que no pueden deshacerse del monstruo. No es caridad ni compasión. Así funciona todo. Cada cual ocupa su lugar.
Así que el monstruo anda por allí, torpe e impreciso, un poco ciego, un poco sordo, nublada su mente. Cada vez puede menos.
A veces ocurre que alguna de sus infinitas cabezas recupera la lucidez, a veces se olvida que los guardianes están ahí tan cerca, a veces algunos de sus ojos se encienden y por un rato son magia y saber y belleza para los miles y millones de otros que lo habitan cada día.
A veces el monstruo enseña a volar.
Pero otras veces todo naufraga y el monstruo se llena de ruidos, de gritos, de miedos.
El mundo se ha vuelto difícil para quienes tienen por toda esperanza un monstruo enorme, viejo y cansado.
Entonces aparece la furia contra el monstruo. El monstruo que no cumple, el monstruo que traiciona, el monstruo que abandona.
La rabia es contra el monstruo. Los golpes son contra el monstruo.
Nunca contra los guardianes.
Me pregunto qué podría pasar si un día de pronto el monstruo se pusiera de pie.
Si se despabilara y se volviera contra sus guardianes.
Cómo sería el mundo si el monstruo se liberara definitivamente del yugo que lo domina?
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Desfinanciar, abandonar, herrumbrar.
Y después explicar que no sirve, que esta rota y no sirve, que anda mal, que es pesada, que es inútil.
La educación es un monstruo enorme porque somos un montón los que la transitamos.
Es monstruosa porque llega a lugares dónde nada ni nadie más quiere llegar.
Porque abarca, porque abraza.
Es monstruosa y a veces, en algunas historias, son los monstruos los que nos protegen.

Momentos de mucha incertidumbre.No se cómo se sigue Clau. Gracias por la reflexión y permitirnos pensar.Lidia
ResponderBorrarAbrazo!
BorrarMonstruo hermoso, bondadoso, pero más pequeño que los otros monstruos, los que lo mantienen vivo, y cumpliendo las tareas que a los otros en realidad les compete. ..
ResponderBorrarNuestro monstruo!
BorrarClaro, angustiante...una realidad que asfixia, agobia y frustra. Clau, como siempre tu relato es justo y brillante. Un abrazo muy fuerte.
ResponderBorrarLa frustración es un signo de estos tiempos. Gracias Lau!
BorrarDesolación, frustración e incertidumbre. Estamos caminando sobre algodones...cuesta mantenerse en pié. Muy buen relato Clau. Abrazo.
ResponderBorrarAsí es. Abrazo!
BorrarUna genialidad. Pero también puedo ver que...
ResponderBorrarSi bien la educación es un monstruo viejo, torpe y tosco. Es el único que ilumina, ve, nombra, da un espacio, quuere escuchar y alimenta a muchxs peques. Por eso lo queremos y necesitamos. Por eso lo protegemos y lo apuntalamos. El monstruo de la educación pública sigue despertando esperanza en las personas y familias.
La esperanza es un monstruo que se renueva y da fuerzas a lxs que tienen menos que perder. Ese es el verdadero Monstruo al que quieren matar.
Si Moni, traté de decir eso también, es nuestro monstruo y lo quieren destrozar.
BorrarMounstruo grande. Retrato de una realidad cotidiana que desgasta, oprime pero a la vez el único lugar... que libera? Luces y sombras.
ResponderBorrarSi, esas contradicciones.
BorrarEse monstruo también se "nutre" de otros . Creo que durante los últimos años se fueron creando elementos para que no se siga nutriendo de buena manera. Desde el exceso de tareas administratias ,hasta las miles de funciones reducidas al cuidado que nos fueron adjudicando gratis.
ResponderBorrarNo son tiempos fáciles, nos agobia , desgastan, y te ofrecen como única salida el abandono o renuncia.
Mientras tanto otros , aquellos elementos que sirven para mantener sedado al monstruo, resultan operativos . Son esos los guardianes óptimos, aquellos que carecen de reflexión y son incapaces de dar respuestas dentro de una lógica colectiva.
Es cierto, el exceso de tareas administrativas nos fue automatizando y nos corrió de ese lugar de trabajadores del conocimiento que es tan disruptivo y tan necesario.
BorrarHermosa y terrible metáfora, gracias Clau!
ResponderBorrar🫂😔
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