Las malas decisiones

 Cuando era adolescente una amiga me lo dijo: "¿Viste los grupos de música metálica, que en medio de esa música fuerte siempre tienen un lento que es el más tierno? Bueno, con los hombres es lo mismo".

Mi amiga, con esta premisa, me estaba indicando el camino que tenía que seguir: no se trataba de conocer a un chico dulce y bueno sino a uno bien malo y recio, pero que en la intimidad fuera tierno por momentos, que encendiera su corazón, pero que supiera mostrarlo levemente, sutilmente, sólo conmigo.

Fui creciendo y esa premisa se hizo carne en mí: eso de que me atrajeron los pibes ásperos, desentendidos del compromiso afectivo, negados al amor expresado a borbotones. De esa manera, una caricia quizás, una mirada, cualquier expresión tierna, leve, pequeñita que ocurriera en el ámbito privado, era para mi joven percepción, la confirmación de un amor seguro. 
Y más si se trataba de una escena de celos. Celos en un varón duro y poco expresivo era la seguridad  de amor absoluto.
Entonces todos los comentarios despiadados, los gestos de desamor, las soledades en compañía quedaban guardadas, olvidadas, tachadas. Ya está,  ya pasó.
Me quiere.

Con los años, y algunas malas experiencias,  entendí que no, que no me quería, que no me quiso. Y no, eso no era amor.
Porque el amor, con el tiempo lo supe, se dice, se expresa, se transmite. El amor no se intuye, el amor se  proclama.

"Malas decisiones" pensaba. Eso fueron. Malas decisiones. Porque en definitiva era mi historia, me decía, individual, única, como cada historia, la que me llevó a tomar esas malas decisiones.

Muchos años de terapia, de pensar y de pensarme me ayudaron a revisar y a buscar.

Pero claro que cuando una verdad se nos revela a medias, el camino que comienza es largo, es un camino de entender sin entender. De intuir y dar pasos a tientas, tropezando.

Tropezando una y otra vez.

En fin, los años fueron pasando. Y de tanto tropezar, ya de señora grande me encontré cara a cara con el feminismo, o quiza fue el feminismo el que me encontró a mí, vaya uno a saber.
Creo que teníamos que descubrirnos, era inevitable.

Y entonces otras voces me rodearon.
"Lo personal es político" me susurraron al oído.
"Lo personal es político" me confirmaron, y empecé a entender y a desandar la historia, en este proceso de revisión y reconstrucción que no termina nunca, que sigue y sigue.
"Lo personal es político". Te pasa a vos y le pasa a otras. No sos vos, es el mundo. Es la educación, es la cultura.

Es el mundo que nos está formando.

Porque...
Cuántas películas viste desde chica, cuántas novelas, en las que te contaban siempre la misma historia? La del chico recio y duro que es rescatado por la paciente emoción de su amada?
Cuántas veces te contaron la historia de la mujer que aguanta en nombre del amor?

Cuántas historias de esas te vendieron?

Y cuántas veces escuchaste frases cómo "lo que pasa es que hay que saber llevarlo"? Llevarlo por dónde? Por la vida?

Recurro ahora a un ejercicio aprendido en estos últimos años: cuando una frase, una situación, una palabra dicha a una mujer o a un hombre no te cierra, probá plantearla al revés.

Qué pasa con las mujeres? A las mujeres no hay que saber llevarlas? No, porque las mujeres mal llevadas terminan solas, dice el saber popular.

Eso explica, quizás, porque algunas de ellas se enamoran y hasta se casan con hombres maltratadores, incluso con femicidas.
Nos enseñaron a sentir orgullo de poseer esa supuesta habilidad que consiste en raspar con la uña la gruesa superficie y encontrar el corazón del otro, el alma. 

Es que fuimos educadas para "saber llevarlos", para bancar, para entender.

Esposas y novias comprensivas, madres, maestras, enfermeras.

Creemos que el amor se encuentra allí, oculto, como un mensaje secreto.

Desarmar lo aprendido no es fácil. Son muchos años de educación.

A veces me pasa con las chicas en la escuela, a veces las escucho suspirar por el chico "malo", o enorgullecerse por haber "descubierto" aquel, su lado oculto. Generalmente, cuando me brindan la oportunidad, hablamos un rato, me cuentan, les digo algo, alguna cosa. Pero sé que la experiencia no sé puede trasladar. No hay forma.
Nos acompañaremos en este camino, cada una en su tiempo y con su experiencia.

Estaremos allí cuando haya que abrazar y consolar.
Estaremos allí para cuidarnos.
Estaremos allí para recordarnos unas a otras que lo personal es político y que si le pasa a una nos pasa a todas.




Comentarios

  1. El amor hace bien!!! Al igual que tus palabras 💚💚💚

    ResponderBorrar
  2. Nuestra adolescencia con nuestra experiencia..resumen de aprendizajes como un velo que se corre y un nuevo inconsciente colectivo ,porque es así,lo personal,es político.

    ResponderBorrar
  3. Qué bueno este espacio para leerte, Clau! Te sigo!

    ResponderBorrar
  4. Como me gusta leerte!!!! Gracias por este texto

    ResponderBorrar
  5. Clau , desde que empezaste con las historias de Juan fui tu fan ,Pero me di cuentan que habia otros historias , historias que nos juntan en la lucha colectiva , historias que nos involucran desde las entrañas , historias que no deben pasar desapercibidos . Gracias infinitas por este espacio que seguire apasionadamente , porque como dicen por ahi a mi tambien .... "me encanta leerte "

    ResponderBorrar
  6. Siempre tan lindo leerte, Clau! Tus textos emocionan, abrazan, hacen bien al alma. Soy tu seguidora fiel desde facebook y lo seré acá y cuando escribas tu libro también. Te quiero!
    Clau St

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Yo también te quiero Clauuuu!!! Gracias por la compañía!!!

      Borrar
  7. Que lindo es leerte!!
    Crecimos en la cultura del "amor romántico",donde el amor estaba en estrecha relación con el sufrir,que quién sufría más era el que más amaba,y tantas cosas naturalizadas en nombre del amor,que nada que ver.La ternura,el amor es lo más noble del humano,hay que aplaudir el amor,y enseñar que hay mil maneras de amar a un otro,que cada cual ama como puede y como aprendio,que en ese ida y vuelta tiene que existir algo que se llama consenso,y para que lo haya es fundamental hablar,pero para eso,expresarnos tiene que dejar de ser una utopía.Empatía con el otro y su historia.

    ResponderBorrar
  8. Qué lindo leerte desde siempre! Amo tus historias de lo cotidiano, que son tan simples y tan profundas,hace años que te vengo pidiendo tu libro!! Ya puedo ser tu reseña dora! Ahora hay cada vez más historias que podés contarle a chicas que no conocen lo que nosotras vivimos como " normal". Te quiero,genia!

    ResponderBorrar
  9. Qué lindo Clau, pensaba mientras lo hacía que es una forma de escucharte y de conversar con vos!!! Gracias por compartirlo

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

DEJAME TU COMENTARIO!😌

Entradas más populares de este blog

El arte del territorio

Al Gran Genio Argentino, salud!

El canto de la cigarra

Algunos pensamientos después del día de la madre.

El atentado a la Amia

Que vivan los estudiantes

Sobre mi viejo en su día

La realidad

Despedida

Úrsula