Alfonsina y El amo del mundo

Durante décadas nos ofrecieron la imagen de Alfonsina como una mujer sufrida. Siempre es conveniente que sintamos pena y no admiración. La admiración nos invita a imitar, la pena en cambio propone la distancia y la compasión.

Me dirán que su suicidio prueba su sufrimiento y yo digo que su suicidio fue otra forma de amar la vida, cuando le diagnosticaron cáncer y eligió cómo y dónde quería morir, sin sufrimiento ni agonía.

Estoy conociendo a Alfonsina por su obra, y cada vez me resulta más divertida y aguda, más irreverente, más atrevida. 

Alfonsina le escribió al deseo, al placer, a la emoción.

Alfonsina, la loba solitaria que se burló de todo y de todos. No importa que la hayan tratado de ocultar bajo un manto de solemne distancia. No importa que una gran parte de su obra no se haya difundido. 

No importa.
Porque tarde o temprano encontramos la huella de la loba.

La loba, salvaje, solitaria y libre.

Como con esta obra, El amo del mundo, que hasta hace poco desconocía.

Me topé por primera vez con la noticia de su existencia gracias a un texto que publicó Mauricio Kartún en su Facebook. La nota era un artículo del diario de 1927 que criticaba duramente a Alfonsina por la obra que acababa de estrenar: cómo era posible que una mujer tan talentosa escribiera textos tan lamentables y no se dedicara a escribir sobre emociones, por ejemplo. 

La sociedad nunca entendió a la loba.

Ahí, entre los comentarios de Facebook, me enteré que una nueva versión de aquella obra estaba en cartel. Había que ir a verla.

Ayer fui con un grupo de amigas al teatro Regio a ver El amo del mundo. Simplemente es de lo mejor que vi en mucho tiempo, no sólo porque la puesta en escena es interesante y atractiva sino también porque es una revolución de ideas y emociones.

El amo del mundo es la primera obra de Alfonsina Storni, fue escrita en 1927 y cuenta la historia de Margara, una mujer libre que no acepta las convenciones de la época (y yo diría que las de la actualidad también); una mujer que reivindica su derecho a elegir, a desear, a ser feliz; una mujer que cuestiona el poder masculino, que se burla de ese poder, que lo desprecia.

La obra obviamente no fue bien recibida. Duró tan sólo tres días en cartel, nada más. Las críticas fueron despiadadas. El mundo no quería escuchar lo que los personajes de Alfonsina tenían para decir. Cosas como: "Usted pudo ser un día lo suficiente para ser mi marido; nunca será lo suficiente para ser mi amante", por ejemplo.

Cincuenta años antes de los culebrones mexicanos en los que una chica se arruinaba la vida por haber cedido al deseo de un hombre, Alfonsina escribía: "No he sido una chiquilna engañada; he obrado por elección, por decisión, por voluntad, como un ser libre ¿De qué aspiraría a ser disculpada?". Los diálogos son increíbles, fascinantes, vanguardistas.

La versión actual de El amo del mundo tiene una vuelta de tuerca muy buena. Hay un juego de cajas chinas, un meta teatro, una obra dentro de otra obra.
Desde el comienzo nos encontramos en la época actual con una compañía teatral que está ensayando la obra El amo del mundo para estrenar ese mismo día. El director de la nueva versión y la primera actriz son esposos y hay un conflicto entre ellos, una tensión que empieza a crecer mientras se desarrolla el ensayo.
La obra es magnética y es divertida. Todo el tiempo queremos saber qué va a pasar, con Margara en la obra de Alfonsina, con Mara en el ensayo actual. Eso significa que los personajes trabajan con dos niveles de ficción y lo que logran es impecable. Los espectadores vemos la obra de Alfonsina, y vemos la historia de los actores que hacen la obra de Alfonsina. La interacción entre los dos niveles es maravillosa.

Esta estructura es fascinante porque propone un diálogo entre ambas representaciones. Hay lecturas, interpretaciones. Los personajes discuten sobre lo que les pasa en la vida y también sobre lo que les pasa en la obra y llega un punto en que todo es lo mismo y ambas tramas se entretejen y se retroalimentan.
Sí, es fascinante.

¿Qué más puedo decir? Salimos del teatro llenas de revelaciones y de emociones, con ganas de seguir charlando, opinando, agradecidas a los actores, al director, a todo el equipo. Y a Alfonsina, por supuesto.

Vayan a verla!!!


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