La escuela en tiempos de pandemia I

El viernes la seño de Juan mandó tarea y pidió que se la enviáramos por correo. 

Juan bufó, yo bufé. 

Pero cumplimos: Juan hizo la tarea y yo mandé el correo. 

Y hoy recibimos la respuesta.

La seño le respondió, le dijo que hizo todo muy bien y además le hizo unas cuantas observaciones y sugerencias muy personales y muy cariñosas. A Juan le gustó muchísimo.

Imagino que el mismo trabajo se tomó con cada uno de los 28 chicos del grado.

Es importante decirlo, en estos días en los que, un poco en broma, un poco en serio, se viene hablando de la cantidad de tarea que los docentes están dando. 

Y es cierto, a veces se zarpan.

Con Juan es difícil, porque además de no ser yo su maestra, el encierro lo tiene más inquieto de lo que habitualmente ya es.

En fin, dan mucha tarea y para comunicarse utilizan una tecnología que para muchísimos chicos es casi inaccesible.

Pero se ocupan, se esfuerzan, lo intentan.

De la nada misma. Porque los y las docentes de escuela pública trabajamos con nada, y de esa nada, sin cursos de perfeccionamiento, sin super plataformas, de golpe empezamos a generar. 

Generamos espacios, recursos, abrimos canales. 

Para comunicarnos con nuestros y nuestras estudiantes.

Es importante destacarlo. Lo digo porque es tan natural y tan fácil criticar la labor docente.

Porque atrás de esa enorme tarea hay docentes que aprendieron a toda velocidad, que de la nada supieron cómo abrir un classroom, cómo armar grupos de wassap con sus alumnos, cómo hacer un blog y subir información.

Atrás de esa tarea hay, por ejemplo, una maestra que estuvo grabando un cuento con su voz para que sus estudiantes disfruten y la escuchen a ella.

Atrás de esa tarea hay una preceptora que buscó los teléfonos de todos los papás y armó grupos de wassap para pasar la tarea a los que no tienen otro medio y para ayudar con las dudas.

Atrás de esa tarea hubo un grupo de docentes discutiendo por wassap, pensando propuestas, aunando criterios.

Detrás de esa tarea hubo alguien que pensó qué, cómo y con qué recursos era mejor llevar adelante una actividad.

Atrás de la tarea hay una docente que contesta dudas de sus estudiantes un sábado a  la tarde o cualquier día y a cualquier hora.

Atrás de la tarea de Juan, por ejemplo, hay una maestra que estuvo corrigiendo un domingo a la tarde, quizás como lo hace siempre, sólo que ahora se nota.

En fin, eso hacemos.

Eso estamos haciendo.

Crear estrategias para estar en contacto con los chicos y chicas, para decirles que no tengan miedo, para decirles que esto va a pasar, para que sepan que pronto vamos a estar juntos y que es importante hacer los trabajos porque así seguimos conectados y porque ejercitar nuestros conocimientos es muy valioso.

Y que un día de estos vamos a volver a la escuela.

Porque aprender es otra cosa, y para eso necesitamos vernos, mirarnos, intercambiar, conversar, reír o enojarnos. 

Porque la escuela es insustituible, ya lo sabemos, y ni la plataforma más tecnológica de la escuela más cheta la puede reemplazar.

Porque en la escuela están los amigos, la contención, la palabra de aliento, el plato de comida, el abrazo.

Pero mientras tanto acá estamos, dando lo mejor que podemos, aprendiendo, intentando, creando.

A la vuelta nos vemos!




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