Acoso escolar
Los malos de la película Hace unos días hubo un conflicto en el aula de segundo año. Estaba corrigiendo la tarea y de pronto empecé a sentir el cuchicheo, las miradas furtivas, alguna frase suelta. Un rato después una nena lloraba desconsoladamente frente a mí. Al parecer, a excepción de dos compañeros que le hicieron el aguante, el resto de los chicos había decidido dejarla afuera del grupo, aislarla de todo y de todos. Intenté calmarla sin éxito, estaba muy angustiada y no paraba de llorar. Entonces les propuse a los chicos hablar sobre lo que estaba pasando. Empezaron a contar y me dieron sus explicaciones. Las opiniones apuntaban a una condena unánime. Era mala, decían, hablaba mal de los demás, y además había insultado. Después de recordarles que ellos también se insultaban, y mucho, empecé a seguir el caminito de los dimes y diretes: ¿qué había dicho?, ¿quién lo había contado?, ¿fueron esas las palabras que uso? De a poco los chismes empezaron a desarmarse. No fue tan así, en