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Carcoveando_recuerdos

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 Todo esto pasó en una escuela llena de genta linda, buena y soñadora. Y con muchas ganas de construir caminos para acercarse a esos sueños. Hacía pocas semanas que habíamos presentado Carcoveando en la escuela. El sum lleno de gente: docentes, familias, los chicos y un montón de invitados. Y Osvaldo Bayer, por supuesto, junto a su esposa. Fue una noche inolvidable. Ahora se venía la Feria del Libro. Habíamos conseguido que una distribuidora colocara el libro en algunas librerías y lo tuviera en su estand. Nos pareció que era la situación perfecta para alquilar un micro y llevar a los chicos a la Feria, para que pudieran recorrer ese mundo habitado por libros. Le avisamos a Osvaldo. Lo invitamos. _ Por supuesto _nos dijo_ y yo voy a presentar el libro allí. Estábamos felices y emocionadas, hasta que, claro, averiguamos lo que salía el alquiler de cualquiera de las salas para las presentaciones. _ No podemos presentar el libro _le explicamos a nuestro querido Osvaldo Bayer_ no podemos p

Osvaldo

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Hace muchos años, en una escuela muy pobre y muy destartalada, un grupo de docentes locas y soñadoras junto s sus queridos alumnos, también locos y soñadores, decidieron, inventar un libro. Manos a la obra, los chicos escribieron historias. La realidad y la fantasía se entremezclaban para contar cómo era crecer en una villa, sin dramatismo ni sensacionalismos baratos. Los juegos, el amor,  la escuela, la vida se fueron plasmando en cada página. Y entre robos a la escuela, obras mal hechas, reclamos de los papás para defender su escuela, el libro quedó terminado. Se llamó "Carcoveando". Y en esta escuela de locos y soñadores, todos se alegraron mucho cuando el libro estuvo terminado. Sin embargo, allí comenzó otro problema: quién publicaría estos cuentos, estás historias. Pero esta gente no se cansaba fácilmente. Recorrieron instituciones, golpearon puertas, buscaron ayuda. Entonces lo encontraron a él, al mejor. El hombre humilde, el más loco y el más soñador de todos los ser