La marea
Me preguntaba hoy como se habrán sentido aquellas mujeres que lucharon por obtener el voto el día que fueron a las urnas por primera vez. Cómo habrán festejando? Se habrán abrazado? Habrán llorado juntas? Pensaba en todo esto anoche, de madrugada, cuando los chats y los mensajes en las redes iban y venían. Pensaba en lo hermosa que es la sensación de compartir un deseo, un sueño, una lucha. Hoy la lucha por nuestros derechos nos encuentra, nos reúne, nos hermana. Estas certezas de hoy quizás no fueran las mismas en el pasado para nuestras antecesoras. Quizás se sintieron solas, incomprendidas. Quizás en su lucha no hubo mareas verdes ni rojas ni violetas. Fueron las que vislumbraron por dónde debíamos ir. Y abrir el camino siempre es lo más difícil. Como Alfonsina en La loba, tan lejos de las ovejas, tan temida. Tan difícil todo. En ese sentido creo que la lucha por la legalización del aborto es sin dudas una gran conquista de muchas otras que vendrán. Pero lo que realmente nos deja co