Alfonsina y El amo del mundo
Durante décadas nos ofrecieron la imagen de Alfonsina como una mujer sufrida. Siempre es conveniente que sintamos pena y no admiración. La admiración nos invita a imitar, la pena en cambio propone la distancia y la compasión. Me dirán que su suicidio prueba su sufrimiento y yo digo que su suicidio fue otra forma de amar la vida, cuando le diagnosticaron cáncer y eligió cómo y dónde quería morir, sin sufrimiento ni agonía. Estoy conociendo a Alfonsina por su obra, y cada vez me resulta más divertida y aguda, más irreverente, más atrevida. Alfonsina le escribió al deseo, al placer, a la emoción. Alfonsina, la loba solitaria que se burló de todo y de todos. No importa que la hayan tratado de ocultar bajo un manto de solemne distancia. No importa que una gran parte de su obra no se haya difundido. No importa. Porque tarde o temprano encontramos la huella de la loba. La loba, salvaje, solitaria y libre. Como con esta obra, El amo del mundo, que hasta hace poco desconocía. Me topé por prim