Perder el tiempo
"¡Oh, pereza, apiádate de nuestra larga miseria! ¡Oh, Pereza, madre de las artes y de las nobles virtudes, sé el bálsamo de las angustias humanas!" P. Lafargue, "El derecho a la pereza" Hay días que... ah! (suspiro). Días en los que decís "Basta, por favor". Son esos días en los que las situaciones nos sobrepasan. Situaciones que nos caen encima sin haber hecho nada para que ocurran. No cometimos errores, no nos equivocamos, no olvidamos nada. No hicimos nada mal, pero ahí está, eso que no nos deja en paz, eso que nos produce un agujero profundo en las mismísimas entrañas. En esos días parece que todo está en nuestra contra, porque sí, porque está vez nos tocó. En todo eso pensaba el otro día mientras corría de un lado a otro tratando de hacerle frente a trámites imposibles, despersonalizados, absurdos. Durante todos esos días me estuve dedicando a la titánica tarea de reclamar/buscar/rastrear en oficinas públicas, una serie de papeles que necesito con