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Mostrando las entradas con la etiqueta amor romántico

Epifanía en el día de San Valentín

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Epifanía Como si mi mente se preparara para lo que será un largo día de romanticismos extremos, frases cursis y deseos empalagosos, desde temprano que estoy pensando mucho en lo que significaron las historias de amor a lo largo de mi vida. La verdad es que nunca me interesó el festejo de San Valentín, esta fecha que  en nuestros pagos empezó a popularizarse no hace tanto y que a muchos nos produce cierto rechazo. Quizás porque es un día comercial, aunque en realidad no sería el primero ni el único. Quizás porque es una celebración traída de otras latitudes, pero otra vez ¿cuántas fiestas y conmemoraciones foráneas adoptamos a lo largo de los siglos? Quizás porque suena a imposición, pero ¿qué celebración no tiene algo de imposición? No sé, pero lo cierto es que hoy somos muchos los que cuestionamos su trasfondo, el concepto de amor romántico. En fin, por el motivo que sea, hoy muy temprano, caminaba rumbo a la escuela y empecé a recordar mis historias de amor pasadas. Ya le dediqué un

San Valentín y el amor romántico

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Estoy conversando con mis colegas docentes. No sé cómo comento algo acerca de una amiga, que es como una tía para mi hijo. Una compañera me pregunta si mi amiga tiene hijos grandes.  "No, mi amiga no tiene hijos. Nono, tampoco está casada".  Mi compañera pone cara de decepción:  _ ¡Qué pena! _me dice, o algo parecido.  Le digo que no, que no hay pena, porque mi amiga es una persona muy feliz y la pasa muy bien así como está, solterísima. No hay forma, la cara de pésame no se va.  Es difícil creerlo, pero aún hoy, con todas las conquistas y con todo lo que aprendimos, ser una mujer adulta y estar soltera es motivo, al menos, de desconcierto. Ya le dediqué varios posteos a esta cuestión de cómo recuerdo que se percibía la soltería de la mujer cuando era chica, pero increíblemente aún hoy pesa un cuestionamiento sobre esas mujeres.  Yo misma, que me casé casi a los cuarenta, escuché varias veces la advertencia: "Mirá que se te va el tren". La advertencia es clara: apur

Las malas decisiones

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  Cuando era adolescente una amiga me lo dijo: "¿Viste los grupos de música metálica, que en medio de esa música fuerte siempre tienen un lento que es el más tierno? Bueno, con los hombres es lo mismo". Mi amiga, con esta premisa, me estaba indicando el camino que tenía que seguir: no se trataba de conocer a un chico dulce y bueno sino a uno bien malo y recio, pero que en la intimidad fuera tierno por momentos, que encendiera su corazón, pero que supiera mostrarlo levemente, sutilmente, sólo conmigo. Fui creciendo y esa premisa se hizo carne en mí: eso de que me atrajeron los pibes ásperos, desentendidos del compromiso afectivo, negados al amor expresado a borbotones. De esa manera, una caricia quizás, una mirada, cualquier expresión tierna, leve, pequeñita que ocurriera en el ámbito privado, era para mi joven percepción, la confirmación de un amor seguro.  Y más si se trataba de una escena de celos. Celos en un varón duro y poco expresivo era la seguridad  de amor absoluto.

"Lalola" y El amor romántico

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Terminé de ver "Lalola" por segunda vez. Sí, en la era Netflix, yo busco series viejas en Youtube. Para aclarar: "Lalola" es, básicamente,  una telenovela, con todos los clichés propios de este formato, así que para poder disfrutarla, es imprescindible que te gusten las novelas. Dicho esto, quiero comentar que esta novela particularmente tiene, como agregado, un planteo interesante en torno al género, bastante novedoso para la época.  Comienza la novela y conocemos a Lalo. Lalo es un tipo exitoso, guapo, inteligente, joven y con poder. Trabaja en una revista para hombres y es super machista. Subestima a las mujeres con las que trabaja o con las que sale, se burla de ellas y las usa para sus necesidades y propósitos. Esto, hasta que conoce a Romina, una chica bonita con la que tiene un romance de una noche y luego la olvida, no le responde los llamados y la evita. Romina, que ha dejado a su novio por Lalo, queda despechada y llenita de rencor. Así que durante una noc