Final de juego
“El poder requiere cuerpos tristes. El poder necesita tristeza porque puede dominarla. La alegría, por lo tanto, es resistencia, porque no se rinde. La alegría como potencia de vida nos lleva a lugares donde la tristeza nunca nos llevaría”. Gilles Deleuze Y llegamos al final. Se acabó este juego que te hacía feliz. Ahora solo nos resta festejar. Ahora, cuando los miedos y las preocupaciones que vivimos forman parte de la historia, y se transforman en relatos minuciosos que cada uno cuenta a los otros. Abrazos entre desconocidos, rezos inesperados, consuelos tontos. Todos tenemos algo que contar. Todos participamos, en diferentes lugares, del mismo juego. Así que sabemos y entendemos. Esa alegría contenida cuando todo iba bien, la incertidumbre ante el empate, el alivio inmediato que dio ese tercer gol, la angustia cuando otra vez no sabíamos qué podía pasar, el miedo en los penales, y finalmente, esa felicidad que se desató en risas, llantos, gritos, abrazos. Nos merecíamos está fie