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Mostrando las entradas de abril, 2023

Últimamente la escuela

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En defensa de la escuela pública (lo demás es chamuyo)

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¿Cuánto hace que la educación pública está mal? ¿Cuándo fue que estuvo bien? ¿Alguna vez estuvo bien o será el mito de que "todo tiempo pasado fue mejor"? Quiero decir ¿Cuánto hace que sabemos que todo funciona mal? ¿Años? ¿Décadas? Hubo un tiempo de inocencia en el que creí que el sistema fallaba, hubo un tiempo de pura ingenuidad idealista en el que creía que lo que andaba mal era porque se cometían errores. Ya no me puedo permitir más el lujo de la inocencia. Tengo casi cincuenta y dos y no puedo ser tan boluda. No quiero. Además, tengo un hijo que transita la escuela pública. Sobre todo por él,  la inocencia es un bien que no pienso despilfarrar. Soy una trabajadora que vive con el mango al día. Quizás podría llenarme de horas, los tres turnos, y pagar una escuela privada, buscar la cuota más baja o el sistema privado más progre. Podría. Pero yo elijo, que quede claro, yo elijo la escuela pública. Como tantos otros, nos quedamos y peleamos. Sigo creyendo que la escuela pú

Hablemos de libros

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Con los primeros libros comenzó la aventura. María Elena Walsh me obsequió un viaje junto a Dailan Kifki y el mundo cambió para siempre. Allí conocí el bosque de Gulubú y aquella casa del enano Carozo con sus ventanas movedizas, y también al sindicato de remontadores de barriletes, al señor bombero y tanto más y así se abrió la puerta a un nuevo mundo, pleno de magia y de disparates maravillosos. Casi al mismo tiempo llegó Elsa Bornemann con El niño envuelto . Las historias de Andy entraron a mi vida y supe encender una ventana, encontré decenas de gatos bajó mi cama y hasta aprendí a escribir en código "astoy anemorede", por ejemplo. Tenía diez años cuando leí la primera novela de José Murillo, Rubio como la miel . La historia del Doradillo se apoderó de todo mi tiempo. Literalmente, me llevaba el libro a la escuela para leer en los recreos, y cuando volvía a casa me apuraba a comer para seguir leyendo. Así que a ese le siguieron El tigre de Santa Bárbara , Mi amigo el pesp

Gracias por el fuego. Acto por el ochenta aniversario del levantamiento del ghetto de Varsovia.

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El mensaje de mi amiga llega justo y es la pieza que faltaba para terminar de configurar el deseo que desde hace días viene picándome. "¿Vamos?". "¡Dale!". Jueves 19 de abril, viajo a Caba a encontrarme con una parte de la historia.  Voy al acto de conmemoración de los ochenta años del levantamiento del ghetto de Varsovia. *** Esta vez voy con Juan. Cuando lo retiro de la escuela, le pregunto si quiere acompañarme y me dice que sí. Mientras caminamos me hace preguntas y trato de responder. Le hablo de la lucha heroica de esos jóvenes judíos contra el ejército nazi, le cuento lo que significó ese tremendo acto de resistencia. Me emociona estar charlando esto con él.  Está tan grande. *** Ahora, mientras escribo, me acuerdo de la primera vez que participé de este acontecimiento. Tenía casi la misma edad que Juanito ahora, diez años, casi once. Fue el 25 de abril de 1982, plena dictadura, plena guerra de Malvinas. Aquel momento debió ser importante para mí, porque qued

Ariadna impropia

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Me enoja mucho no poder escribir. Me enoja no tener un tiempo propio y un espacio aunque más no sea prestado. Me dicen que tengo que leer a Virginia Wolf, Un cuarto propio. Me dicen, pero no tengo tiempo.  Mientras voy y vengo, corro de aquí para allá, en mi cabeza desfilan ideas, temas. Puntas de ovillos que no logro desmadejar porque no hay un tiempo disponible. Las madejas se acumulan en algún rincón de mi mente. Arrojadas al azar, olvidadas, se humedecen, se apelmasan, esperando que algún día les llegue el turno. ¿Pero si olvido todos los ovillos, cómo podré escapar al fin del laberinto?

Domingo blu

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La biblio Murillo cumple veinte: El arte en la vereda

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El número redondo anuncia la fiesta que se viene. Hace exactamente veinte años, un 6 de abril de 2003, entraba por primera vez al salón de la biblioteca Popular José Murillo, en la cooperativa en la que funcionó durante los primeros años. Hace veinte años que, con distintas intensidades y en distintos momentos, la biblio se convirtió en parte necesaria de mi propia historia. No sé por dónde empezar a contar lo que significa la biblio en mi vida. Mi historia  Casualidad, causalidad. A la biblio llegué por Olga, la compañera de José Murillo.  Tenía diez años cuando descubrí la obra de José Murillo. Sus novelas fueron mi iniciación literaria. Mas aún, fueron fundacionales. Allí empezó todo. Cinco Patas, Aña, el Doradillo, cada uno de estos personajes fue mi amigo y mi compañero de aventuras en esa época en la que el mundo es todo lo que aún falta vivir. Tenía catorce cuando empecé a ir al taller literario que coordinaba el mismísimo Pepe Murillo, como le decían las personas más cercanas.

Los mandatos de los hombres

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Me encuentro un texto en las redes, uno de esos textos que circulan por todos lados y que Facebook sugiere que "me puede interesar". Malditos algoritmos. El texto está escrito por un hombre muy afligido y habla en nombre de todos los hombres. Dice que se sienten atacados por el feminismo, que no todos son violentos y que no todos son violadores. Finalmente pide que el feminismo deje de ponerlos a todos en una misma bolsa y perseguirlos. La culpa de todo, como siempre, la tiene el feminismo. Converso con mi amiga sobre el tema. Las dos, al unísono, decimos algo parecido. Basta che, háganse cargo y dejen de decirle al feminismo lo que tiene que hacer, ocúpense de ustedes muchachos. Mi amiga me lee un texto muy interesante que de alguna manera responde al texto del señor y a todos los que circulan por las redes. El artículo propone a todos esos hombres que empiecen a construir su propia agenda junto a otros pares. Eso, que se junten a discutir, a conversar, acerca de sus necesid