Espejismos
De pie frente al espejo, me miro. Me miro de frente y de perfil, me doy vuelta, meto panza, me estiro. Y entonces me doy vuelta y pregunto "¿Cómo estoy?". ¿Por qué pregunto? ¿Por qué preciso la mirada de otro para confirmarme? Pregunto porque necesito aprobación. Porque soy vulnerable. Porque temo. Repleta de ansiedades, de angustias, de temores y de presunciones, la r eina Grimhilde , la madrastra de Blancanieves, también pregunta frente al espejo quién es la más bonita. Necesita saber si todavía tiene ese poder, el de la belleza. La respuesta es cruel. La más bonita, dice el espejo, no es ella sino esa otra, la más joven, la flor nueva. Envejecer, engordar, estar desaliñada. Todas son razones por las que nuestros cuerpos pierden valor en el mundo-mercado. Pero el espejo miente. Pero eespejo es pura apariencia. Una trampa que nos paraliza, que nos detiene, que nos reconfigura. Una trampa que define a nuestros cuerpos como territorios de conquista y de consumo. Como