Malvinas
La guerra, la respuesta más extrema y despiadada a cualquier tipo de conflicto. La guerra, la única posibilidad cuando se trata de defender la vida ante la muerte que acecha. La guerra, accionar ante una fuerza que amenaza con destruir el mundo que queremos. ¿Qué es una guerra? Difícil proponer una respuesta sin caer en lugares comunes, en clichés. Y sobre todo, sin ofender a quienes participaron en ella. Una, que ni siquiera sintió un temblor lejano, que nunca vivió la muerte tan cercana. Así que empiezo por las preguntas. ¿Qué es una guerra? ¿Qué se defiende en una guerra? ¿Por qué se lucha? ¿Cuáles son los intereses en juego? ¿Qué es la territorialidad? ¿Qué significa que una tierra nos pertenece? ¿Y que es la pertenencia entonces? ¿A quién le pertenece la tierra? ¿Qué afectos y emociones nos unían a ese suelo antes de que estallara la guerra de Malvinas? ¿Es lo mismo luchar para defender la tierra que habitamos, nuestra casa, la de nuestra gente, que levantarse en armas en un luga