El dia del periodista y lo que me acordé en el camino.
Cuando era chica, en la escuela primaria leí acerca de Mariano Moreno. Sin tener muy claras las razones, ese tipo tan lleno de ideales conquistó mi respeto y mi admiración. Moreno era mi prócer favorito, decía la nena que fui. También fue por aquellos años que empecé a sentir por qué caminos iba a llevarme la vida. Sabía que leer y escribir era todo lo que amaba. En el Kinder del Peretz de Villa Lynch, empezábamos a crear una revista nuestra. Me anoté como una de las redactoras y escribí tres notas: una sobre María Elena Walsh, otra sobre una niña del gueto de Varsovia y la tercera, una reflexión personal sobre la guerra y la paz. Me gustaba y me divertía contar, decir. Me gustaba palabrear. Cuando estaba en séptimo grado la hija de mi profesora de ingreso (Sí gente, soy de la generación que rendía examen para ingresar a la prestigiosa escuela pública) me habló de la carrera de Letras en la UBA. Desde entonces supe que era eso lo que iba a estudiar después de terminar la escuela secun