El amor y los tiempos verbales

Hoy es... 

Hoy era... 

Hoy sería... 

el cumpleaños de mi papá.

Los verbos se confunden cuando hay ausencia.

Los verbos se ambiguan.

Te quiero o te quise?

Sos mi papá o eras mi papá?

Siempre cuesta dominar los verbos cuando se trenza el amor con la muerte.

Mi viejo aparece en el recuerdo.

Aparece y entonces, está.

Pero claro, si aparece es también, porque ya no está.

Las emociones, esa mezcla espesa de sentimientos y sensaciones.

Mi papá se fue hace mucho.

Hace tanto.

No se enteró de nada.

Y no sé si supo cuánto lo quería.

Porque a veces no lo quería, es cierto.

Pero a veces lo amaba.

Esas contradicciones que sólo puede sentir una hija enojada, furiosa, rabiosa, 

que heredó

                       tu rabia, tu furia, tu enojo,

que sintió 

                       tu furia, tu enojo, tu rabia.

Y te perdonó.
Y te perdona.

Ahí estás, para siempre entre mis libros, tu herencia.
Ahí estás, en el compromiso, en cada batalla, en el acto militante y en los sueños.

Ahí estás, en los ojos de Juan.

Te amé.
Te amaba.

Y te amo.

Y qué complicados son los tiempos verbales y las emociones!




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