Feminacidas en las palabras

"Cállate feminazi!" le dijo el pibe.

Un rato antes, parada frente al curso, había estado hablando con mis alumnos acerca de cómo se construye el lenguaje, por qué creo que el lenguaje siempre es político y qué opino del lenguaje inclusivo. Un poco de todo lo que, orgullosamente, he aprendido de mis docentes de sociolingüística de la Facultad.

Y de pronto lo escucho. Uno de los chicos le dice a su compañera: "Cállate féminazi!". Le pregunto a mi alumno si él sabe lo que hicieron los nazis, me dice que sí y entonces le pregunto si sabe de mujeres que hayan hecho algo parecido. Campos de concentración, cámaras de gas. "Es una forma de decir, profe, es en broma" me responde. 

Es cierto, pienso, el lenguaje siempre es político.

Un compañero, muy preocupado, se me acerca y empieza a contarme lo que él sabe del tema. Me explica que las feminazis son las feministas que odian a los hombres, "¿Conocés a alguna?" le pregunto. Me dice que son las que rompen, destruyen y escriben monumentos, "No me gustan esas acciones" le digo " ¿pero vos sabés que cada veinticuatro horas más de treinta mujeres mueren asesinadas por hombres? ¿Te parece que puede compararse con pintar un monumento?". No, no es lo mismo, pero me explica que el problema con las feministas es que nadie las quiere y ellas se lo ganaron.

Entonces me cuenta que las feministas de ahora son muy violentas, no como las de antes, y que por eso ahora la palabra "feminismo" está tan mal vista.
Quisiera decirle que las feministas de antes sufrieron la discriminación y el odio social igual que las feministas de ahora, o más, porque estaban mucho más solas; que las conquistas obtenidas en aquellos tiempos y que hoy nos parecen tan naturales fueron difíciles de lograr porque para las mujeres todo lo logrado siempre fue el resultado de arduas luchas. Pero ahora abro los ojos bien grandes porque mi alumno me está explicando que el verdadero feminismo lo inventó un hombre. "Búsquelo, está en internet" me dice. "Esta en Internet" es el equivalente a "lo dijo la radio" de antes.

La verdad es que no me gusta que pinten monumentos, ya lo dije, y tampoco me gustan muchas otras acciones como la cancelación o el escrache, por ejemplo.
Tampoco sé si soy o no soy una feminazi, aunque alguna vez recibí ese insulto por dar una opinión, pero a esta altura lo que me llama la atención es que mi alumno ni siquiera haya pensado que quizá, con todo lo que le dije, yo pueda ser feminista. No debo parecerle.
Me pasó con la cuestión de ser judía, "no parecés" me dijeron varias veces. Como si fuera necesario que alguna característica delatara mi origen.

Tampoco debo parecer feminista, o al menos no le parezco a mi alumno. Seguramente porque podemos conversar amablemente y porque además se debe notar que no odio a los hombres. En cambio, en su opinión, las feministas son terribles.

Mi alumno debería saber que el nazismo perseguía y asesinaba a quienes no eran parte del orden que necesitaban imponer.

El orden patriarcal persigue, asesina y destruye.
No el feminismo.

En fin, quiero comentar que mi alumno es un pibe muy inteligente, educado y que es buena gente. Y no, no es un pibe que excepcionalmente opina así. En líneas generales, creo que es el pensamiento que se impone en muchísimos varones, tanto jóvenes como adultos.

Digo esto porque como docente de lengua que soy no puedo dejar de pensar que las palabras se aprenden de algún lado. Y junto con las palabras, las ideas. Las palabras que el mundo nos propone/impone construyen sentidos. Cómo nos nombramos es cómo nos pensamos.

Creo que para generar los cambios sociales que necesitamos debemos construir instancias que permitan cuestionar los sentidos que se nos imponen a través del lenguaje cotidiano; además y al mismo tiempo, debemos construir nuevos sentidos basados en la diversidad, en la igualdad y en el intercambio.

Quizás debería pedir a mis estudiantes que busquen información sobre las atrocidades del nazismo. Quizás pueda pedirles que investiguen acerca de los orígenes del feminismo.

Partiríamos desde allí.
Armar y desarmar.

Feministas.

Feminacidas.

Para encontrar otras formas de nombrarnos.
Para construir nuevos sentidos.

Para encontrarnos en las palabras y en el mundo.

Para estar y para ser libres.



Si te gustó por favor compartilo.
Si querés saber cuándo subo una nueva publicación, seguime en Instagram: @clauszel








Comentarios

  1. Hermoso texto,profe!Me encantan esos debates en clase donde todos vamos repensando nuestros prejuicios,y sobre todo,escuchando al otro y tratando siempre de razonar y empatizar como dos acciones imprescindibles para crecer en ideas!👏👏👏

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

DEJAME TU COMENTARIO!😌

Entradas más populares de este blog

Una soledad propia

Como sapo de otro pozo

La alegría es un derecho

Yo, docente

Cien años de amor

Hasta siempre Rafa. La voz y el alma.

Araceli

Pedacitos de poesía

El vulgar irreverente

Territorio: donde nombro al recuerdo