Refugio

Amanecí llena de dolor. Literal y metafóricamente. 

Mis huesos acusan recibo de la humedad y de la tristeza. 

Desde ayer que la tristeza se anda mezclando con la humedad, desde ayer se me pegotea esta tristeza húmeda, se adhiere a mi piel como un abrazo fatal.

Mi estómago amaneció revuelto. También,  literal y metafóricamente. Hay demasiado que no tolero, que no puedo digerir.

Imposible desprenderse de tanta tristeza y de tanto asco.

Aunque tampoco intento demasiado. Mido mis fuerzas y sé que hoy no puedo hacer demasiado.

Sólo esto, escribir sobre la tristeza que recorre mi cuerpo, que se mete en mi estómago y que siento en mi respiración. 

Es esto o nada.

_________________

Ayer, a media tarde, quise empezar a escribir un posteo para contar sobre Intersticios, ese maravilloso encuentro de arte que tuvimos en la biblioteca el domingo pasado. 

Quería escribir sobre el arte que crece por ahí, como decimos. El arte de todos y para todos.

Quería escribir sobre la biblioteca y todas las otras bibliotecas, y sobre los centros culturales, y los clubes, y todos esos espacios que se construyeron alguna vez bajo una lógica que hoy parece obsoleta. 

Construcciones horizontales, comunitarias, solidarias, colectivas que existen únicamente porque el otro importa.

Siempre decimos que esos son nuestros espacios de lucha. Pero hoy creo que esos espacios son también refugio.

Quiero decir que no siempre buscamos herramientas para luchar, sencillamente porque no siempre podemos luchar.

A veces sólo necesitamos encontrar un refugio, nada más que eso.

Un espacio compartido, nuestro rincón amable en donde todo lo que sentimos y lo que pensamos tiene sentido. El bien común, la igualdad,  la empatía.

Y ahí precisamente,  en el cobijo de ese espacio, Intersticios se vuelve un conjuro contra la mala jornada, como dice la canción. 

_______________________

En estas tierras tantas veces saqueadas, los lacayos del poder le dieron al gobierno una licencia para destruir todo.

Ayer se votó una ley nefasta y nuestro mundo, ese que por algún motivo llamamos patria, será un lugar peor, más hostil, menos solidario y mucho más despiadado. 

En estos días difíciles, pienso, el arte tiene la función mas inútil y la más necesaria a la vez.

El arte nos hace reír, emocionar, nos conmueve. 

Y eso,  gente querida,  hoy es vital.

Así de simple.

Cuando todo esto pase,

porque algún día pasará,

cuando sólo queden los escombros del saqueo,

empezaremos a reconstruir.

No, reconstruir no.

Cuando esto pase 

será imprescindible construir lo nuevo.

Donde los refugios 

se vuelvan bastiones.

Y estarán la música y la literatura, 

estarán el teatro y la pintura. 

Y estaremos nosotros y nosotras,

para cantar, contar, 

pintar la nueva historia.




Comentarios

  1. Deseo con fervor,que sea pronto!! Y que nuestro corazones nos acompañen,metafóricamente y literalmente....y siempre,el arte es un refugio...el arte es caricia....es amor.....es cultura....es sensibilidad....Hermoso Clau!!!

    ResponderBorrar
  2. No soy anónima...soy tu amiguita Gladys...

    ResponderBorrar
  3. Tus palabras...la trama que armas con ellas, sostienen, tambien son refugio. Graciassss por compartirlas!

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

DEJAME TU COMENTARIO!😌

Entradas más populares de este blog

Como sapo de otro pozo

Sobre violencia machista y estructuras vetustas

La alegría es un derecho

Cien años de amor

Hasta siempre Rafa. La voz y el alma.

La biblio Murillo cumple veinte: El arte en la vereda

La máquina de fallar

El vulgar irreverente

Por la educación pública

Pedacitos de poesía