Miedos nuestros

 Quiero contarles algo que me pasó hoy, hace un rato.

Estaba leyendo en Instagram una publicación sobre el mansplaining. Para quienes no saben, el mansplaining es una práctica cotidiana y nefasta que ocurre cada vez que un varón le explica a una mujer algo que ella sabe, la desvaloriza en sus saberes o se burla de sus conocimientos.

La nota era más bien una reflexión y abajo seguían los comentarios. "No te empieces a pelear", dice mi hermana siempre, y tiene razón, porque me conoce y sabe lo que me gusta discutir cuando encuentro un mensaje  que me molesta. Es más fuerte que yo.

La verdad es que me enorgullezco de ser bastante civilizada en los debates, y aunque a veces me voy a la banquina trato de mantener discusiones cordiales.

Bueno, el muchacho con el que me trencé a discutir me dijo en un solo mensaje que lo que yo decía era una boludez y que hablaba pelotudeces. Y sí, le contesté, obvio. Le dije que con sus palabras me dejaba claro el tema del mansplaining. La cosa siguió, él me dijo, yo le dije. 

Hasta que llegó el mensaje que me paralizó: "Andá a escribir a tu blog" y hacía alusión a un texto mío sobre los Raúles (Raúl era el segundo nombre de este flaco y yo le había hecho un comentario burlón al respecto)

Claro, en Instagram yo dejé la dirección de mi blog, por lo que entró a mi ¿Se dice muro? lo vió y se metió al blog. Yo no sabía que se podía ver el perfil si la cuenta es privada. Ahora lo sé.

De verdad lo leí y me puse muy mal, me dio miedo, un miedo que me recorrió todo el cuerpo.

Sentí culpa ¿Por qué le discutí? ¿Lo provoqué y ahora me la tenía que bancar? 

Mi primera reacción fue bloquearlo. Después revisé el blog, no había mensajes.

Ahí me tranquilicé un poco, no quería quedarme con esa sensación de desamparo, asi que volví a entrar a Instagram, lo desbloqueé y le respondí, le pedí perdón por si lo había ofendido, le aclaré que no fue mi intención y le conté que su comentario sobre mi blog me resultó francamente intimidante. "Estas son las cosas que nos pasan. Acá termina mi discusión con vos. Saludos" le dije. 

Inmediatamente llegó a respuesta, también con un pedido de disculpas, aclarándome que yo no lo había interpretado correctamente. Creo que se dio cuenta de que mi tono había cambiado. Creo que leyó mi miedo y pidió perdón.

Lo acepté y ahí terminó todo.

Pero me quedo pensando muchas cosas.

Porque resulta que cada vez que cuestionamos algo del machismo, aparece un varón que siente la necesidad de explicar. Nos explica, por ejemplo, que no todos los hombres matan pero que hay mujeres que sí lo hacen, que no todos los hombres hacen mansplaining y que su jefa o su hermana sí lo hacen. 

En fin, nos quieren explicar la vaguedad de nuestras causas, lo relativo de nuestros reclamos.

Pero lo que no pueden explicar es lo que sentimos, en ese territorio no puede haber debate.

Quiero decir, yo no sé si alguna vez este chico que hoy discutió conmigo supo sentir ese miedo ante la intimidación, ese miedo que sentí yo hoy, ese miedo que te crece en el estómago porque alguien te revisa, te vigila, te advierte.

Porque hay algo de estar presas sin estarlo, algo de cautivas, cada vez que medimos el largo de nuestras polleras o la agudeza de nuestras palabras.

Crecimos así, con miedos, al ir por la calle, en las discusiones, en una cita a ciegas, en un viaje con la mochila al hombro, en un boliche. Siempre creyendo que si algo nos sucede, es porque seguramente algo hicimos mal, en algo nos equivocamos.

Me gustaría creer que si algún amigo lee esto va a entender, que no va a tratar de explicar que él también una vez sintió algo así.

Me gustaría imaginar un futuro en el que todas las personas podamos sentir que somos libres de verdad.



Comentarios

  1. Estimada Azorada,
    Este es su espacio y usted ha decidido compartirlo con su público que lo viene solicitando insistentemente.
    Si pasa por acá Raúl que sepa que usted no está sola y que mandar a las mujeres a cualquier sitio, sea su propio blog o a lavar los platos, es una canallada. Sobre todo si piensa que con eso intimida. Porque sepa usted señor que no es época para andar intimidando en las redes que bastante tenemos con cuidarnos en la vida, día a día

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    1. 💚💚💚💚💚💚💚💚💚💚💚💚💚💚💚💚💚💚💚💚💚💚💚💚etc.

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