La Multicolor y las elecciones sindicales

Cuenta la leyenda que después de perder las elecciones una vez más, un grupo de  zurditos se había reunido en las puertas del sindicato. Frente a ellos pasó la candidata de la lista ganadora y todos comenzaron a cantar el tan conocido cantito: 

"Se va a acabar, se va a acabar, la burocracia sindical".

 _ Parece que no es cierto_ dijo la burócrata muy oronda.

Podríamos pensar que quizás fue un furcio o un acto fallido, pero no. Cuenta la leyenda qua la burócrata dijo exactamente lo que quiso decir.

Ayer volvimos a perder las elecciones del sindicato, una vez más.

Para mí esta elección fue muy especial. Por un lado mi hijo está más grande y pude involucrarme y participar en la campaña. Por otra parte, es muy probable que sea la última elección en la que participe, al menos como docente activa.

En fin, cada vez que empezamos a armar algo desde la oposición todo es muy difícil. A veces me enojo y planteo a mis compañeros por qué no contamos públicamente todo lo que nos ocurre. Los ocultamientos, las mentiras, el manoseo. Mis compas me responden siempre lo mismo: que todo está armado para que eso pase, que hay que construir algo nuevo.

Pero yo no paro de indignarme.

Ayer perdimos las elecciones en un sindicato que tiene un padrón con menos del veinte por ciento de docentes del distrito. Y que al parecer, no le preocupa. Al contrario.

Cuenta otra leyenda, que también ocurrió en la puerta de un sindicato, que una docente jubilada de la oposición le espetó en la cara al sindicalista:

_ ¡Cuando empecé a trabajar en la docencia la mayoría de mis compañeras maestras estaban afiliadas! En estos días estuve llamando a muchas de ellas y todas se desafiliaron decepcionadas. "Cuando ganen ustedes me vuelvo a afiliar" dijeron algunas.

El sindicalista sin perder tiempo, así dice la leyenda, respondió:

_ Me parece bárbaro. Nuestro objetivo es ganar.

Así son las leyendas, alguna enseñanza guardan.

La verdad es que fue un tremendo laburo el que hicimos, para visibilizar nuestras ideas, nuestras propuestas.

Sé que alguien me va a plantear que tenemos que hacer nuestra autocrítica. 

Por supuesto. 

La haremos.

Pero ahora la tristeza y la decepción tiene que salir por algún lado.  Qué tanto, para eso es este blog, para decir lo que pienso y lo que siento.

Pienso que armamos grandes listas, en ambos distritos. Listas con compañeros y compañeras super laburadores, inteligentísimos, creativos.

Ni locas, ni delirantes, como algunos les gusta caracterizarnos.

Loca. Esa adjetivación tan machirulesca.

No hay locas en nuestro frente Multicolor. Hay mujeres atrevidas y luchadoras. Mujeres con pasión, eso sí que hay.

Tampoco somos delirantes. Lo que decimos en palabras lo demostramos en los hechos.

Que nadie se atreva a decirme hoy que no alcanza con propuestas lindas. 

Que nadie se atreva.

Mis compas han demostrado y demuestran cada día en sus escuelas quiénes son:

Son los que siempre son votados como delegados, no solo para llevar y traer información, o para participar de una votación. Son los que se ponen el reclamo y la lucha al hombro y van para adelante.

Son los que participan en proyectos transformadores, pequeños disparos para visibilizar una educación verdaderamente emancipatoria.

Son los que proponen y participan de todas las propuestas solidarias. 

Son los que escuchan a los compañeros. 

Son los que dan una mano cada vez que el sindicato no da respuesta.

Son los que están.

Pero perdimos.

Así es. 

Y sí. A excepción de mi militancia universitaria, que fue como una pequeña isla, siempre estoy del lado de los perdedores. Aunque me gustaría ganar alguna vez algo, aunque sea una rifa. Pero entiendo que no elegí el camino más facil. La única vez que participé en una elección y estuve del lado ganador me di cuenta, afortunadamente, que estaba en el lado equivocado.

Y sí. Ganar no siempre significa tener la posta. Muchísimos ejemplos avalan está idea ¿Cuántos ganadores terribles y lamentables tiene la historia?

Ya lo dije, vendrán tiempos de balance y de decisiones. No seré yo sola y no será este el momento.

Hoy simplemente escribo.

Pienso, me hago preguntas.

¿Cómo es posible que tantos compañeros se quejen, se lamenten, se enojen, se sientan desamparados y sigan votando lo mismo?

Quizás  suponen que esto es lo mejor que podemos tener.

Tristeza.

No vine a este mundo para resignarme con
lo posible.

Yo vine a este mundo para construir sueños.

Para construir y no para resignar. 

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