Adolescentes, masculinidades y educar para la ternura


¿Qué porción de ternura es lícita en un adolescente?

¿Cuál es la medida aceptable para expresar sus emociones?

¿Cuándo se le otorga permiso para que confiese sus temores y sus deseos?

Ay.

Preguntas que tantas veces anduvieron por ahí hoy tienen un nombre.

Preguntas que lastiman.

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Ser y parecer

Siempre recuerdo unas palabras de la escritora Ana María Shua. En una entrevista el periodista le preguntó qué creía acerca de la diferencia entre criar a un varón o a una mujer. 

La autora, madre de tres hijas, dijo que no sabía pero suponía que criar a un varón tenía mayores dificultades: "la virilidad está siempre en entredicho y un hombre tiene que estar demostrándose y demostrando al mundo constantemente que es un hombre. Y eso debe ser muy difícil y muy penoso. También para los padres."

Leí esta entrevista en 2016, hace ocho años, y siempre me quedó dando vuelta esa respuesta. Cuando se lo comenté a mi hermana, actriz y profesora de teatro, me hizo una síntesis perfecta: "Cuando en la escuela hay un acto y falta un niño cualquier nena puede reemplazarlo vistiéndose de varón. Pero si falta una nena es casi imposible pensar en reemplazarla por un niño."

Como profesora, en el aula lo vi cientos de veces, todo el tiempo.

El alarde, la gesticulación exagerada, el guapeo.

Ser y parecer.

Ser o parecer.

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Dinámicas grupales 

A las chicas "piolas" les encanta decir que se llevan mejor con los varones que con las mujeres, que son menos competitivos, que son más sinceros.

A las chicas piolas les gusta mostrar que manejan los códigos masculinos, son uno más.

Pero esta situación nunca ocurre a la inversa. Ningún chico cis jamás osaría decir que se lleva mejor con las chicas.

¿Por qué?

Pertenecer al mundo masculino tiene sus ventajas, pero si un varón es muy amigo de las chicas, el grupo inmediatamente lo repudia. Gay, puto, raro.

No importa si es cierto o no. Las palabras se usan como insultos para el que no cumple con los códigos del grupo. 

Es repudiado, rechazado.

Temido.

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Varones en la pantalla

Hace unos años atrás estaba de moda la serie "Merlí", la historia de un profesor de filosofía y su relación con sus estudiantes. 

Merlí es el prototipo del profesor piola. Compinche de los chicos, atento pero también egocéntrico y muy machista.

Como contrapartida su hijo es un joven muy sensible y a escondidas de su padre practica danza. 

Cuando empecé a ver la serie me pareció genial que mostrara a un pibe con esas características. Muy pronto nos enteramos que el muchacho es gay y aún no ha salido del armario. Quiero ser honesta, la verdad es que este camino argumental me decepcionó un poco. El dato me pareció tan innecesariamente obvio. 

Digo, me hubiese gustado que en una serie, por una vez, pudiese mostrar que un chico puede ser sensible más allá de su orientación sexual. 

O quizás algo así como: "¡Ey chico heterosexual, podés ser sensible y disfrutar del arte!".

Pero no.

El mundo sensible no es para ellos.

Y así crecen.

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Educar para la salud 

Mucho de lo que estoy planteando hoy suena obsoleto, lo sé. Y en teoría muchas personas dirían que nunca permitirían que su hijo crezca con estas limitaciones. 

Pero los discursos suelen ser sumamente hipócritas cuando en el mundo real seguimos educando varoncitos violentos, reprimidos, que niegan sus emociones o en el mejor de los casos, que las disimulan.

Nadie puede crecer sano fingiendo, ocultando, disimulando todo el tiempo.

Quizás por eso siempre me hizo mucho ruido cuando desde el feminismo se los llama "hijos sanos del patriarcado".

Entiendo la ironía. Pero la palabra "sano" me salta como error en la mente.

Nadie puede crecer sano si no puede expresar y a veces expresarse a sí mismo sus temores y deseos más profundos.

Nadie puede crecer sano si aprende a producir violencia sobre los otros.

Nadie puede crecer sano si debe aprender a ocultar quién es para no ser violentado.

Sanos, saludables.

Pienso qué difícil es pensar en criar y educar bajo otros paradigmas. 

¿Cómo educamos varones emocionalmente sanos?

Quiero decir, cómo se hace cuando alrededor todo nos advierte que habrá sanciones, castigos, dolores.

No es fácil eh. No tengo respuestas.

No las tuve como docente y no las tengo como mamá.

Enseñarle a un hijo a ser libre en sus emociones me resulta encantador, pero en la práctica significa lidiar con las violencias de los pares.

Qué miedo.

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Cachorros 

Sólo mientras es pequeño al varón se le permite la ternura abierta y franca.

Decir te quiero, abrazar, llorar y emocionarse.

Pero de a poco, a medida que va creciendo, el mundo comienza a entrar en el hogar y entonces todo cambia.

Qué colores, qué gestos, qué comentarios están permitidos. Aprendizajes que van adquiriendo para pertenecer, para poder construir una identidad colectiva.

Cachorros a los que la sociedad adiestra para que muestren los dientes, para que gruñan y para que demuestren que bien pueden ser parte de la manada.

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El arte

¿A quién le contás cuando estás triste?

Es una pregunta que hice muchas veces en el aula.

Algunos pibes tuvieron suerte y pudieron encontrar alguien, muchas veces una amiga, a quién decirle lo que sienten. 

Otros encuentran un camino a través de la poesía o de la música. 

Lo cuentan como un secreto: "profe, yo escribo ¿le puedo mostrar?".

Tímidamente se acercan para compartir sus tesoros, disimulando un poco para que los demás no escuchen y no vean.

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Vuelvo a la pregunta del comienzo:

¿Qué porción de ternura es lícita en un adolescente?

Como bosquejo de respuesta dejo esta esta suerte de deseos para mi hijo que escribí hace un tiempo y que hoy vuelvo a compartir:

que la ternura no sea sólo un gesto pasajero;

que pueda encontrarse en esa ternura y no en el mandato de los otros;

que aprenda a habitar esa ternura, a expandirla sin limitaciones;

y que pueda expresar su ternura, no sin miedos sino a pesar de esos miedos.

La ternura hoy es un acto de profunda valentía.



Comentarios

  1. Hola Claudia. Gracias por tus palabras hermosa ss. Muy cierto lo que decis.. La ternura es un acto de profunda valentía.

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  2. Esto tiene siglos de construcción, la masculinidad ha tomado cierta forma definiéndose contra lo femenino. Por eso el hombre no puede ser asociado a lo femenino sin ser degradado en su condición de tal, como afeminado, gay etc. de acuerdo al punto de vistas de sus pares. Hay una moral masculina que el hombre acepta para poder ser parte del mundo de los hombres.

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    Respuestas
    1. Claro, porque la masculinidad, está asociada al poder, a la valentía, a la fuerza, como decís vos en contraposición a lo femenino que es símbolo de debilidad.

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  3. Gracias por seguir escribiendo, que placer leerte siempre Clau.
    Un abrazo grande.

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