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Yo, docente

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Soy docente y hoy, oficialmente, empezaron mis vacaciones. Este año terminé las clases con muchísimo cansancio, aunque para muchos sea incomprensible. ¿De qué nos quejamos  los docentes si trabajamos tan poco y encima tenemos tantos días de vacaciones? Al fin y al cabo ¿para qué eligimos la docencia? Cualquiera es docente  "La enseñanza es la fregona de las profesiones. A los profesores se les dice que entren por la puerta de servicio o por la parte de atrás. Se les felicita por tener TTL (Tanto Tiempo Libre). Se habla de ellos con condescendencia y se les dan palmaditas, a posteriori, en las canas." Frank Mc Court, "El profesor". Cualquiera es docente. Eso dicen. Somos los que trabajamos cuatro horas. Somos los que tenemos tres meses de vacaciones. Somos los que estudiamos tres añitos y vivimos haciendo paro.  Somos los vagos. Los que enseñamos mal, o no enseñamos. Cualquiera podría ser docente, dicen. Cualquiera puede enseñar. Pero en la mayoría de las ocasiones,

Feliz Año

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Llega la época del balance y este fin de año me encuentra en un estado emocional muy pero muy intenso. En el 2022 nada fue como otras veces. No cumplí ni con la mitad de las metas que me propuse pero el cansancio que sentí fue más del doble. Año difícil. Ya lo dije, estoy muy cansada, y supongo que no soy la única. Volver no fue fácil y adaptarse otra vez a la máquina tiene su costo. Resistirse también. Resistirse también cansa. Así estamos. A veces me pregunto cómo sería mi vida si me dejara llevar por los acontecimientos sin intentar nada. Dejarme llevar. Sería como flotar en el agua. A veces lo hago y es bueno. Otras veces solo puedo nadar contra contra la corriente, y realmente es en esos momentos que siento que todo tiene sentido. ¿Sabés por qué? Porque jamás nado sola. Siempre hay otras, otros. Siempre hay brazos que empujan hacia adelante. Pero cansa. Y este fin de año me encuentra increíblemente cansada. No quería volver. A la escuela, no quería volver. Se me volvió un lugar aj

Final de juego

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“El poder requiere cuerpos tristes. El poder necesita tristeza porque puede dominarla. La alegría, por lo tanto, es resistencia, porque no se rinde. La alegría como potencia de vida nos lleva a lugares donde la tristeza nunca nos llevaría”. Gilles Deleuze Y llegamos al final.  Se acabó este juego que te hacía feliz. Ahora solo nos resta festejar.  Ahora, cuando los miedos y las preocupaciones que vivimos forman parte de la historia, y se transforman en relatos minuciosos que cada uno cuenta a los otros. Abrazos entre desconocidos, rezos inesperados, consuelos tontos. Todos tenemos algo que contar. Todos participamos, en diferentes lugares, del mismo juego.  Así que sabemos y entendemos. Esa alegría contenida cuando todo iba bien, la incertidumbre ante el empate, el alivio inmediato que dio ese tercer gol, la angustia cuando otra vez no sabíamos qué podía pasar, el miedo en los penales, y finalmente, esa felicidad que se desató en risas, llantos, gritos, abrazos. Nos merecíamos está fie

El vulgar irreverente

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  " Se acabó,   El sol nos dice que llegó el final,   Por una noche se olvidó   Que cada uno es cada cual."                             "Fiesta", Joan Manuel Serrats Hace unos días, uno de los diarios mas importantes del país decía que Messi "había dejado salir al hombre vulgar". Ese titular ponía en claro dos cuestiones. La primera (que ya la sabíamos pero qué interesante es leerlo de manera tan evidente) es la mirada despectiva que este medio y su público lector tienen sobre la cultura popular. La segunda (que se relaciona directamente con la primera y que de alguna forma confirma nuestra sospecha) es que si ellos lo cuestionan, nosotros sabemos que está muy bien que lo festejemos. Porque ellos y nosotros siempre estaremos en lugares diametralmente opuestos. Ahora bien, concretamente ¿qué es lo que nos resultó tan divertido, tan genial en esa frase "andá bobo, andá pa' ya"? Esa frase que es toda calentura, que fue dicha como si no hubier

Crónica de emociones compartidas

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_Volvemos el viernes a las cinco de la tarde_ me avisó mi hermana hace unos días con tono de catástrofe. Y claro, cuando sacó los pasajes para irse de viaje con Juan no sabía que justamente el día de regreso, a las cuatro de la tarde, iba a darse comienzo al partido de Argentina con los Países Bajos. Llegar a Constitución en medio del partido, con mochila y sobrino y emprender el duro camino de combinaciones subterráneas y trenes metropolitanos me pareció una carga demasiado pesada para que ella la llevara en soledad. _ Los voy a esperar_ le dije. Y ahí comienza mi aventura. Salgo de casa cuando falta una hora para el partido. El calor es insoportable, pero cuando subo al tren compruebo con alivio que por suerte tiene aire. Muchos chicos y chicas con remeras celeste y blancas que seguramente van a reunirse con otros en ese ritual compartido.  Me acuerdo entonces de otra vez que no vi un partido de Argentina en un mundial porque estaba viajando y fue en el mundial '90. Ese día tuve

Cerrar la boca

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"No hay peor cosa en este mundo que cerrar la boca porque te impiden abrirla"                       Paulita Bessone Mi querida amiga y colega Marina Sosa, alias Paulita Bessone, tiene una página en Facebook que se llama "Cerrar la boca" y la recomiendo muchísimo. Sus cuentos y sus reflexiones en torno a todo lo que se dice y todo lo que se calla son increíbles. Cerrar la boca. Antes de empezar este posteo me acordé de ella. Guardar, sellar, no dejar salir y no dejar entrar. Clausurar. Curar o dañar Ayer fui al médico. Necesitaba consultar algunas cuestiones de salud que no son graves ni urgentes pero que me preocupan. El doctor me escuchó atentamente y después  me explicó que había dos opciones: la primera, una intervención quirúrgica que inmediatamente resolvería el problema; la segunda, en cambio, era de resolución más lenta pero más amigable: bajar de peso. Efectivamente, en los últimos años fui aumentando gradualmente de peso. Supongo que la pandemia y los cambi

Contra la violencia machista

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Desde el Observatorio “Ahora Que Sí Nos Ven” dieron conocer las cifras de femicidios en Argentina entre el 1 de enero y el 23 de noviembre de 2022.  Según informaron, hubo un femicidio cada 34 horas en lo que va del año. El 61% fue cometido por las parejas y ex parejas de las víctimas.   Nos matan. Nos matan. Porque la violencia machista existe, existe de manera concreta. Porque no es un invento de las "feminazis". Porque lo vivimos cada día. Existe, y tiene su aspecto más atroz en cada femicidio, en cada travesticidio y en cada transfemicidio.  Sí. La violencia machista existe a tal punto que la empezamos a vivenciar, a sentir, desde que comenzamos a habitar este mundo. Porque cuando la denunciamos estamos denunciando un tipo de violencia que se comete contra nosotras de manera estructural y que condiciona nuestras decisiones, nuestros cuerpos y nuestras emociones. Es una violencia cotidiana, enraizada, naturalizada. Es una violencia que se nos va metiendo en el cuerpo y en

Eternamente

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Tenía dieciséis años cuando el mundo era eterno. Tenía dieciséis años y un hambre de amor voraz, desesperado. Allá, en el fondo del aula, mi amiga y yo,   jugábamos a ser rebeldes por un rato. Mientras la clase continuaba,  sentadas sobre el respaldo de nuestras sillas,  cantábamos.  Eso hacíamos, cantábamos.  Esto no puede ser no más que una canción Quisiera fuera una declaración de amor Romántica sin reparar en formas tales Que ponga un freno a lo que siento ahora a raudales. Mi amiga cantaba bellamente y yo desentonando. Nos mirábamos y sonreíamos cómplices. Si me faltaras no voy a morirme Si he de morir quiero que sea contigo Mi soledad se siente acompañada Por eso a veces sé que necesito Tu mano Tu mano Eternamente tu mano. Desde el frente el profesor nos  clavaba una mirada severa. "Después no se quejen", nos advertía, y eso nos daba más risa. No nos quejábamos. Cuando te vi sabía que era cierto Este temor de hallarme descubierto Tú me desnudas con siete razones Me abre

Buffy la cazadora de vampiros en mi vida

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“From now on, every girl in the world who might be a Slayer, will be a Slayer. Every girl who could have the power, will have the power. Can stand up, will stand up. Slayers, every one of us. Make your choice. Are you ready to be strong?” Buffy the vampire slayer, "Chosen" Nunca escribí sobre Buffy. Publiqué tantas opiniones y tantos comentarios acerca de películas y libros que me resultaron interesantes, pero nunca escribí sobre Buffy. Y eso es inconcebible.  Temor al prejuicio, al encasillamiento, a la burla, no lo sé. Por algo aún no escribí. Hasta hoy. De hecho, supongo que este posteo va a ser uno de esos que recibe muy pocas visitas, pero no me importa. Es una deuda pendiente y ya está. Los que me conocen lo saben: amo la serie de Buffy la cazadora de vampiros. Tenía treinta años o algo así la primera vez que la vi. Un día haciendo zapping, creo que en canal 11, encontré uno de los primeros capítulos. Resultaba ser que la protagonista, una adolescente quinceañera, rubia

Soñar el miedo

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El sueño es bastante largo y de la mayor parte tengo fragmentos, imágenes sueltas.  Es de madrugada, hay mucha gente a mi alrededor y estoy con ropa de fiesta. Tengo unos zapatos  muy incómodos. Pero de pronto todo cambia y estoy caminando sola por una zona céntrica, llena de vidrieras. Los zapatos me siguen molestando. Los miro y compruebo que están rotos. Ahora me quedo completamente sola y mientras camino empiezo a lamentar todo, el silencio, mis zapatos rotos. Ya no estoy en el centro, eso es seguro. Voy por una vereda demasiado angosta haciendo malabares y me cuesta caminar con esos zapatos. Me topo con un hombre robusto, sentado en una silla en medio de mi camino. El hombre no se mueve y no puedo pasar.  Bajo a la calle pero cuando lo hago aparezco en un patio muy pequeño y oscuro. Tiene muros altos y me doy cuenta que estoy atrapada. Miro hacia arriba y sobre el muro veo al hombre robusto que me observa. Es enorme, parece un titiritero y yo una marioneta. "Me caí" le d

Perder el tiempo

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"¡Oh, pereza, apiádate de nuestra larga miseria! ¡Oh, Pereza, madre de las artes y de las nobles virtudes, sé el bálsamo de las angustias humanas!" P. Lafargue,  "El derecho a la pereza" Hay días que... ah! (suspiro). Días en los que decís "Basta, por favor". Son esos días en los que las situaciones nos sobrepasan. Situaciones que nos caen encima sin haber hecho nada para que ocurran. No cometimos errores, no nos equivocamos, no olvidamos nada.  No hicimos nada mal, pero ahí está, eso que no nos deja en paz, eso que nos produce un agujero profundo en las mismísimas entrañas.  En esos días parece que todo está en nuestra contra, porque sí, porque está vez nos tocó. En todo eso pensaba el otro día mientras corría de un lado a otro tratando de hacerle frente a trámites imposibles, despersonalizados, absurdos. Durante todos esos días me estuve dedicando a la titánica tarea de reclamar/buscar/rastrear en oficinas públicas, una serie de papeles que necesito con

Final

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Primero lo primero, si sos impresionable, o creés que hay temas de los que mejor no hablar, no leas este posteo. Si seguis leyendo, bienvenido o bienvenida a mi recuerdo.  La mayoría de las veces escribo porque necesito contar a los demás. Esta vez escribo porque necesito contarme especialmente a mí. Un 5 de noviembre se murió mi viejo.  Fue hace veintidos años. Increíble que haya pasado tanto tiempo. Por lo general, me sucede que recuerdo esa fecha algunos días antes y algunos días después. Pero por algún motivo del inconsciente, el día exacto suelo olvidarme. Hace un año me volvió a pasar lo mismo, y más tarde caí en la cuenta de que el mismo día había estado hablando y contando anécdotas de mi papá en una larga conversación con mis amigas. La mente tiene esos caminitos raros. En fin, esta vez decidí tomar el recuerdo en mis manos, sostenerlo para que no escape. Escribir. Mi papá murió hace veintidos años y fue una noche de primavera, mientras veíamos juntos  la tele. Un rato antes h